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Los católicos alemanes de Barcelona no tienen donde celebrar misa. La parroquia de Sant Albert Magne, que en marzo del año pasado fue desahuciada de la iglesia de Sant Raimon de Penyafort, en el colegio Dominiques de l'Ensenyament, vuelve a quedarse sin hogar

El Arzobispado de Barcelona los trasladó entonces a la parroquia de Sant Ferran, en el número 406 de la Gran Via, pero ahora deben buscarse de nuevo la vida. Este inmueble ha sido elegido por el cardenal Omella para convertirlo en un geriátrico, pese a que deficiencias en la redacción del nuevo proyecto han parado momentáneamente la operación, tal y como explicó este medio.

50 fieles desamparados

Mientras la Iglesia subsana sus errores para pegar un nuevo pelotazo inmobiliario, los católicos alemanes apuran sus últimas misas dominicales. Son el único grupo que hace uso del recinto: triste estampa para una parroquia que otrora congregó a los fieles de buena parte del Eixample. Los otros devotos que acudían a Sant Ferran ya han sido reubicados a la Miraculosa y la Preciosísima Sangre.

Desde la parroquia germana prefieren no hacer declaraciones hasta que su futuro esté atado. La congregación reúne a medio centenar de fieles cada domingo, y cuentan con una veintena de jóvenes preparando su comunión y una decena preparando la confirmación.

Ocho cambios de sede

La comunidad es centenaria: la creó en 1922 un grupo de germanos afincados en Barcelona, que se reunía en un convento de la calle Consell de Cent, con el apoyo de la orden de los jesuitas.

Pero cambiar de hogar no es algo nuevo para los feligreses alemanes: en sus más de cien años de historia lo han hecho hasta ocho veces. Han oficiado misa en la calle Laforja, en el monasterio Damas Negras de Avenir, en la calle Copèrnic, en la plaza Manuel Girona, en el Casal Loiola y en la sede de la editorial germana Herder.

Su anterior desahucio: cambiados por un musical

El primer revés que sufrieron los alemanes este año fue en el templo del colegio de las Dominicas de la calle Mallorca, de donde fueron expulsados para que en su interior tuviese lugar un show musical denominado Génesis.

El espectáculo acabó en septiembre, pero el portazo a la parroquia fue definitivo, como explicó el siempre atento blog Germinans Germinabit.

Imagen del espectáculo 'Génesis' CRÓNICA GLOBAL

El gran problema de Omella

Pese a los reveses, han pasado los años y los germanos han conseguido mantenerse a flote. Los parroquianos han explicado que estos dos contratiempos no supondrán un escollo para la entidad: llevan cien años celebrando misas en Barcelona y quieren seguir haciéndolo, mínimo, cien años más.

Además, se hallan constituidos como parroquia personal bajo la advocación de San Alberto Magno, por lo que legalmente tienen derecho a conseguir una nueva ubicación antes de ser desalojados de Sant Ferran. Es decir, que Omella no podrá completar el pelotazo hasta que no les encuentre un nuevo hogar.