"Vi como arrollaban a dos operarios en la A-2 y el conductor debería estar en la cárcel desde hoy mismo". Es la sentencia de Oriol, testigo del doble arrollamiento de trabajadores en la autovía, que pasó en Sant Joan Despí (Barcelona) el fin de semana. El joven, que asistió a los heridos, se muestra indignado por la actitud del vehículo causante. "Iba a 80 km/h, la velocidad permitida, y ellos me adelantaron al doble".
En conversación con este medio, el joven relata que "regresaba del Aeropuerto de El Prat de noche, tras un viaje. Mi acompañante estaba cansado, por lo que conduje yo". Ambos circulaban por la A-2 en Sant Joan Despí, por el carril de incorporación, cuando un automóvil negro les adelantó ilegalmente.
"El máximo permitido era 80 kilómetros por hora, que yo cumplía. El otro automóvil iba, como mínimo, al doble de velocidad", lamenta.
"Destrozada"
Tras ello, perdió de vista al bólido, pero por poco rato. "Al cabo de pocos segundos, el coche de delante hace señales de que paremos. Es lo que hacemos, detenemos los coches en el arcén".
Al parar, ya ve una furgoneta de trabajo en autopista "totalmente destrozada, aplastada como un acordeón". Y el coche negro que le había adelantado hecho añicos pocos metros más adelante. Él y los ocupantes del otro coche corrieron a socorrer a los accidentados. "Uno de los operarios, al que ayudamos, estaba bastante bien. El otro había quedado debajo de la furgoneta de trabajo, que lo atropelló por el efecto-impacto por detrás, y perdía bastante sangre".
"Se quejaban después de arrollarlos"
Oriol asistió al trabajador herido que había quedado libre. Al otro, no se atrevió. "Mira, no pude. Estaba debajo de la furgoneta en muy mal estado, no reuní el coraje. Dimos la alerta a emergencias, eso sí", explica.
La ambulancia llegó pronto, al igual que los Mossos d'Esquadra. Pero antes, se llevaron otra sorpresa. Los conductores del coche fitipaldi "gritaban fuera de sí, se quejaban de que la culpa era de los operarios, pese a que los trabajos en la calzada estaban debidamente señalizados y a que ellos circulaban, claramente, muy por encima del límite de velocidad".
"Iban 'puestos' de algo"
El también trabajador critica que los dos ocupantes del coche negro "parecían ir hasta arriba de algo, muy puestos". Los dos salieron prácticamente ilesos, aunque circulaban de forma temeraria. Finalmente, los Mossos dejaron marchar a los dos coches de auxilio, no sin antes tomar sus datos para esclarecer el caso.
Su tesis era correcta: la policía determinó que el conductor del coche triplicaba la tasa de alcohol permitida y dio positivo en otras sustancias estupefacientes. Fue detenido e imputado por un delito contra la seguridad del tráfico, conducir bajo los efectos del alcohol y lesiones graves.
Por su parte, el operario que se llevó la peor parte, que fue arrollado por su propia furgoneta tras recibir el impacto del coche negro por detrás, permanece hospitalizado en estado crítico.