
Los datos de fumadores en 2025
Actualmente, hay más de 1.000 millones de
en todo el mundo, y según
estimaciones de la
, se espera que esta cifra se mantenga sin cambios significativos
para 2025. Esto evidencia la necesidad de complementar las políticas tradicionales ya
existentes de prevención y cesación del tabaquismo, con un enfoque complementario de
reducción del daño, para ayudar a seguir empujando estas cifras a mínimos históricos.
Las estrategias de reducción del daño, como su propio nombre indica, se basan en disminuir
la nocividad para el individuo y la población. En este caso, las estrategias de reducción del
daño de tabaquismo lo hacen mediante una serie de productos alternativos con nicotina y
sin combustión (dirigidas exclusivamente a aquellos adultos que, de otra forma,
continuarían con el hábito).

La nicotina no es el principal problema
Existe un elevado nivel de desinformación entre la población sobre qué es lo más perjudicial
del hábito de fumar. A menudo, existen conceptos erróneos sobre el rol de la nicotina como
causante de enfermedades relacionadas con el tabaquismo, y esto puede actuar como una
barrera que impida a los fumadores adultos considerar el uso de alternativas sin humo en su
lugar.
Es importante combatir la idea de que la nicotina es la principal causa de las enfermedades
relacionadas con fumar, porque no es cierta. Si bien la nicotina es adictiva y no
está exenta de riesgo, realmente son los elevados niveles de sustancias químicas nocivas
presentes en el humo del cigarrillo las causas principales de las enfermedades relacionadas
con fumar.
¿Por qué? Por la combustión que se produce al encender un cigarrillo, que quema el tabaco
y el resto de componentes a temperaturas extremas, generando más de 6.000 sustancias
químicas presentes en el humo del cigarrillo.
Al no quemar tabaco, las alternativas sin combustión -como los dispositivos para
tabaco calentado o los cigarrillos electrónicos- no generan humo y por eso, a pesar
de que no son inocuas y son adictivas, estas alternativas avaladas por la ciencia son una
mejor opción que seguir fumando.

La ciencia y la innovación están detrás del desarrollo de alternativas libres de humo
La ciencia que respalda las alternativas al cigarrillo
Como hemos comentado, la ciencia y la innovación están detrás del desarrollo de estas alternativas sin humo. Pero no solo eso, gobiernos y autoridades de salud pública alrededor del mundo han realizado sus propios estudios, y estas son algunas de sus conclusiones.
Por ejemplo, la Administración del Medicamento de los Estados Unidos ( por sus siglas en inglés) ha autorizado la comercialización de ciertos dispositivos para tabaco calentado tabaco con un mensaje de exposición reducida. Concretamente, tras haber revisado la totalidad de la evidencia científica disponible, la FDA concluyó que dicho dispositivo es fundamentalmente diferente en comparación con los cigarrillos, señalando que: “Los estudios científicos han demostrado que cambiar totalmente de cigarrillos convencionales a este producto reduce significativamente la exposición física a sustancias químicas dañinas o potencialmente dañinas”.
Una estrategia global
No solo Estados Unidos ha decidido tener en cuenta la evidencia científica alrededor de estos productos, sino que también, como Reino Unido, Nueva Zelanda o Suecia entre otros, ya contemplan dentro de sus estrategias de control del tabaquismo el uso de otras alternativas menos dañinas al cigarrillo para los casos en los que no sea posible la deshabituación tabáquica.
Por ejemplo, un caso muy cercano en el tiempo es el de Nueva Zelanda, donde su gobierno aprobó en agosto de 2021 un nuevo marco regulatorio para los cigarrillos electrónicos y los dispositivos para tabaco calentado. Bajo la “Ley de Productos Regulados y Ambientes Libres de Humo”, se establecen un ordenamiento estricto para los productos de tabaco de combustión, al tiempo que se proporciona un tratamiento diferenciado para los productos de vapeo regulados, reconociendo sus posibles ventajas -en términos de reducción del daño- en comparación con los cigarrillos. El objetivo es "ayudar a los fumadores a cambiar a productos regulados" que sean "significativamente menos dañinos que fumar”.

Diversos países ya contemplan dentro de sus estrategias de control del tabaquismo el uso de otras alternativas menos dañinas
Suecia, a punto de decir adiós al humo
En las últimas cinco décadas, Suecia ha estado introduciendo medidas tradicionales para
controlar el hábito de fumar en línea con las del resto de Europa, con el objetivo de reducir
las tasas de tabaquismo. Sin embargo, adicionalmente a estas medidas, el país escandinavo
ha introducido un elemento diferenciador: ha permitido la venta de alternativas libres de
humo, en especial, el uso del
Esta implementación de estrategias alternativas (en paralelo a las tradicionales)
hace que el país nórdico pueda convertirse en 2023 en el primer país libre de humo (con
una tasa de fumadores por debajo del 5%). Este logro lo conseguiría 17 años antes que la
fecha que se ha marcado la propia Unión Europea para declararse “libre de humo”.
Gracias a este enfoque, en los últimos 15 años Suecia ha reducido sus tasas de tabaquismo
del 15% en 2008 al
hoy en día, siendo la tasa más baja de toda la UE (cuya tasa media
es de un
).
