Los Mossos d'Esquadra detuvieron en junio a un conductor de autobús, que realizaba el viaje de línea regular entre Barcelona y París, que cuadruplicaba la tasa de alcohol permitida, gracias a la intervención de los pasajeros.
Los hechos ocurrieron alrededor de las seis de la tarde, cuando los pasajeros notaron que la conducción del autobús parecía estar afectada por el consumo de alcohol y alertaron de inmediato a la policía autonómica, preocupados por su seguridad.
La policía interceptó el vehículo en el municipio de Garrigàs, cerca de Figueres, al norte de Girona, y los agentes realizaron una prueba de alcoholemia al conductor, quien dio un resultado de 0,70 mg/l, cuadruplicando la tasa permitida.
El conductor fue detenido de inmediato mientras los 35 pasajeros expresaban su indignación por el riesgo al que habían sido expuestos. La rápida acción de los pasajeros y la policía evitó un posible accidente grave en este trayecto internacional.