La guerra entre clanes en Girona y Figueres pone en jaque el modelo policial de Mossos

El modelo policial de los Mossos d'Esquadra está en duda. Así lo expone el sindicato SAP-FEPOL, el mayoritario en la policía catalana, que ha pedido este domingo al conseller de Interior en funciones, Joan Ignasi Elena, y al director general de los Mossos, Pere Ferrer, que den explicaciones públicas sobre las últimas actuaciones del cuerpo en el marco de la guerra abierta entre clanes en Girona y Figueres, tras el tiroteo de la noche de San Juan. 

En un comunicado, el sindicato lamenta que "como policía el sistema ha fracasado". "Le estamos enviando un mensaje delicado y peligroso a la ciudadanía. La ley es una y se tiene que hacer cumplir. No podemos permitir que los mossos entren en las lógicas de la venganza", advierten. 

"El sistema ha fallado"

De hecho, horas antes de que se produjese el altercado en Figueres y que motivó el mensaje de SAP-Fepol, este sindicato ya había reconocido a preguntas de Crónica Global que el modelo policial actual "necesitaría ser revaluado y adaptado con más frecuencia para enfrentar los desafíos actuales". En este sentido, Imma Viudes, portavoz y representante del sindicato SAP-FEPOL, ya señalaba que es crucial prestar atención a los cambios en el paradigma delincuencial de Cataluña para renovar el modelo, de manera que refleje las preocupaciones actuales. En especial: la violencia relacionada con el narcotráfico, la proliferación de tiroteos y las elevadas cifras de incidentes con armas blancas.

Agentes antidisturbios de los Mossos d'Esquadra Gala Espín

Es por ello por lo que, a través de un comunicado, desde SAP-Fepol piden tanto al conseller y al director general que "no escondan la cabeza bajo el ala y den explicaciones públicas al Cuerpo de Mossos, y tomen decisiones sobre el modelo policial". "La delincuencia hace tiempo que ha cambiado", clama el sindicato en su mensaje.

El secretario general de SAP-FEPOL, por su parte, afirma desde su cuenta en redes sociales que con la acción de este fin de semana en Figueres "se han pasado unas líneas que nunca deberíamos haber permitido que se traspasasen". "Lo que está pasando -agrega-, hay que pararlo y hay que hacerlo ya. Los Mossos, como institución, no se lo merecen".

Tensión creciente en Figueres

Y es que este domingo, tres casas ubicadas en Figueres --propiedad del presunto autor del doble asesinato durante la noche de San Juan-- quedaron destrozadas al acudir desde Girona una comitiva de familiares de las víctimas, que las asaltaron y arrasaron.

Una turba buscando a familiares del clan rival en Figueres Cedida

Los asaltantes partieron en una caravana de coches desde La Font de la Pólvora de Girona hasta Figueres. Los agentes del dispositivo especial de Mossos apostados en el barrio desde hace ya más de una semana les preguntaron a qué iban y les respondieron "claramente" el motivo del viaje.

Los Mossos analizaron entonces la situación y, según fuentes del cuerpo, al comprobar que el número de agentes era sensiblemente inferior al de los asaltantes, permitieron el paso a los familiares de las víctimas mortales y que estos asaltasen delante de ellos los pisos. Horas después, en el marco de la misma guerra abierta entre clanes, los Mossos tuvieron que rescatar en Figueres a un familiar del presunto autor del doble homicidio, quien se vio sorprendido por familiares de las víctimas cuando acudió a su piso a recoger algunas pertenencias. 

Diáspora de familiares y amigos

En este sentido, como informaron fuentes próximas a ambos clanes, miembros de ambos bandos, conscientes de las posibles represalias que podían desencadenarse tras estos hechos, y siguiendo las normas no escritas de la justicia caló, se han visto obligados a abandonar la zona y buscar un hogar lejos del barrio. 

A la izquierda el estado como quedó la casa del presunto doble homicida; y a la derecha, una imagen del fugitivo y su mujer Cedida / CG

Una joven explicaba a esta redacción que, debido a su relación sentimental con un joven gitano del barrio -cercano al doble homicida- había tenido que dejar su hogar y refugiarse en casa de unos familiares en Maçanet-Massanes (Girona). Una decisión, aseguraba, que también han tenido que tomar otros conocidos de la Font de la Pólvora, obligados a buscar cobijo lejos de la tensión que reina esta zona. “Tenemos miedo de lo que nos pueda pasar”, titubea la joven.