Fachada de la Audiencia de Barcelona y del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC)

Fachada de la Audiencia de Barcelona y del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) EUROPA PRESS

Vida

Segunda oportunidad para el principal autor de la pelea mortal de Pineda de Mar

Para el abogado del acusado, este caso pone de relieve la importancia de entender las complejidades detrás de cada acto de violencia y abre camino "a la reconciliación y el entendimiento"

19 junio, 2024 00:00

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"Con esta resolución, la justicia le está dando una segunda oportunidad a Samba Balde", manifiesta, orgulloso, el abogado Álvaro Machado. Tras una ardua negociación, el letrado ha llegado a una conformidad con la fiscalía para evitar el juicio que se iba a celebrar durante las próximas tres semanas ante un jurado popular en la Audiencia Provincial de Barcelona. "Un acuerdo inédito que demuestra que mi cliente actuó en legítima defensa, en el marco de una brutal reyerta entre dos grupos de jóvenes", celebra.

Así, el procesado, acusado de matar de un único navajazo a un primo lejano en Pineda de Mar (Barcelona), ha esquivado una pena de 21 años de prisión, la cual se ha visto reducida a tan sólo seis. Un desenlace que marca un punto de inflexión en los casos de peleas multitudinarias con trágicos desenlaces, pero que también visibiliza las carencias sociales que tienen estos jóvenes migrantes a la hora de integrarse.

Una instrucción compleja

Ahora, Samba Balde, de tan sólo 20 años, se enfrenta a una pena reducida de seis años de cárcel por homicidio imprudente y lesiones. Como ya ha cumplido dos años en prisión preventiva, tan sólo le queda un año entre rejas. Luego, como ya habrá superado la mitad de la condena y tiene informes muy favorables de la junta de tratamiento, su abogado y familiares esperan que pueda obtener el tercer grado para reincorporarse, "cuanto antes", a la vida en sociedad.

Machado, del bufete Vosseler Abogados, recuerda a preguntas de Crónica Global que no ha sido una instrucción sencilla. Tampoco lo ha sido la negociación para llegar a la conformidad. Los problemas idiomáticos con la familia de Balde y la discapacidad psíquica diagnosticada del acusado han supuesto un reto notable para el equipo legal, que no esperaba que el fiscal aceptara una conformidad, "y menos en juicio con jurado popular".

El letrado Álvaro Machado, de Vosseler Abogados, en la sala del jurado de la Audiencia de Barcelona

El letrado Álvaro Machado, de Vosseler Abogados, en la sala del jurado de la Audiencia de Barcelona Cedida

"Rectificar errores y ofrecer segundas oportunidades"

Un caso, explica, marcado hasta último momento por las discrepancias entre defensa y Ministerio Público que, hasta la mañana de este martes, pintaba un cuadro siniestro. Según el escrito inicial del fiscal, ambos grupos habían planeado una reyerta violenta, con un arsenal considerable y un claro deseo de causar daño. Sin embargo, Álvaro Machado ha presentado siempre una narrativa muy diferente. Ha puesto en duda la versión de la fiscalía y las acusaciones particulares.

Para el letrado, el caso de Samba Balde pone de manifiesto la importancia de entender las complejidades detrás de cada acto de violencia: "Este acuerdo judicial abre un camino para la reconciliación y el entendimiento". No obstante, Machado también empatiza con el dolor de los familiares del finado, pero entiende que la reducción de la condena no sólo es una victoria personal, sino también un símbolo de la capacidad de nuestra sociedad para enmendar errores y brindar segundas oportunidades.

Una pelea anunciada

Esta historia comenzó la tarde del 5 de mayo de 2022 en Salt (Girona), a unos 45 kilómetros de donde se desarrollaron los hechos. A plena luz del día, un grupo de jóvenes armados con cuchillos, palos de hockey y pistolas tasers, encabezados por Amadou F. Balde, se preparaban para un nuevo enfrentamiento. Se dirigían a Pineda de Mar (Barcelona) para, aparentemente, resolver una deuda de honor con Mohammadou Sussohore. Amigo de Samba Balde.

La contienda se arrastraba desde hacía varios días. El grupo de Salt había agredido "sin motivo alguno" a Mohammadou Sussohore la tarde del 3 de mayo. La riña fue grabada en vídeo y publicada en redes sociales. Así, tras el intercambio recíproco de varias amenazas entre los miembros de un bando y de otro, finalmente el grupo de Salt decidió atacar.

Enfrentamiento entre el acusado y el finado

El escrito del fiscal explica que los jóvenes de Salt, "conscientes de que podría haber una pelea en las que se emplearían armas e instrumentos peligrosos", aceptaron la propuesta de Amadou F. Balde y se desplazaron hasta Pineda de Mar.

Una vez allí, los miembros de este grupo se dirigieron hasta el Centro Cívico de Joves Can Jalpi, donde sabían que encontrarían a Mohammadou Sussohore acompañado de sus amigos. Entre ellos, Samba Balde. El enfrentamiento comenzó con una discusión acalorada, pero escaló a la violencia física.

Centro Cívico de jóvenes, Can Jalpi

Centro Cívico de jóvenes, Can Jalpi Google Maps

A continuación, tal y como concreta el fiscal en el auto de conformidad, "se produjo un enfrentamiento entre Amadou F. Balde y Samba Balde, durante el cual el primero acometió al segundo. Este, temiendo por su integridad física, y reaccionando de una manera desproporcionada al ataque, usó un arma blanca que llevaba y le propinó un navajazo en la zona torácica izquierda que seccionó la segunda costilla y afectó al saco pericardio, seccionando la arteria pulmonar". Como consecuencia de este único navajazo, Amadou F. Balde murió

En legítima defensa

Machado siempre ha defendido que su cliente actuó con el único objetivo de no ser atacado. Una acción que asegura que "fue realizada sin intención alguna, siendo imposible, para Samba Balde, otra reacción que no fuera defenderse y evitar ser apuñalado por la persona que le iba a agredir desde un ángulo de superioridad". Una reacción, añade, "cegada por el miedo y la necesidad de protegerse en una situación desesperada".

Un joven con arma blanca frente a un mapa de Barcelona / FOTOMONTAJE CG

Un joven con arma blanca frente a un mapa de Barcelona / FOTOMONTAJE CG

Su discurso ha convencido al Ministerio Fiscal, que este martes ha comprado la tesis de la defensa. El pacto firmado incluye todas las atenuantes que proponía el abogado de Balde. Estima que la agresión se realizó en legítima defensa, al entender que fue una respuesta "instintiva" en el contexto de una brutal pelea; se aprueba que no hubo provocación previa, más bien todo lo contrario, ya que el fallecido fue quien inició la trifulca; y se valora de forma muy positiva la confesión y colaboración del joven. Proporcionó información crucial sobre los hechos e indicó la localización del arma homicida.

De hecho, los agentes que detuvieron a Balde, tras identificarlo como autor material de la muerte de Amadou F. Balde, fueron testigos de cómo su padre le asestaba una bofetada mayúscula después de escuchar el relato de los Mossos d’Esquadra. Los padres del acusado fueron los primeros que emplazaron a su hijo a que colaborara con todo lo que le pidiesen los investigadores. 

La violencia como válvula de escape

Con todo, este caso no sólo es una clara demostración de las garantías de nuestro sistema judicial, sino también de los desafíos estructurales a los que se enfrentan los jóvenes migrantes en su integración social. Este problema se evidencia en su dificultad para encontrar su lugar en una sociedad, que a menudo los margina y los empuja a los límites.

Las barreras lingüísticas, la discriminación y la falta de empleo son algunos de los factores que contribuyen a un entorno donde la violencia puede surgir como una desafortunada válvula de escape. De hecho, la historia que se vivió en Pineda de Mar no es única, pero sirve como un recordatorio de la necesidad de políticas inclusivas y programas de integración efectivos.