La maga Beth ha salido airosa del juicio celebrado este martes en la Sección 8 de la Audiencia Provincial de Barcelona por un presunto fraude a la Seguridad Social.
La escritora, influencer y coach se enfrentaba a una pena de tres años de cárcel por, presuntamente, ayudar a su pareja, T. M. O., a defraudar a la Seguridad Social. Sin embargo, finalmente la fiscalía y la Tesorería General de la Seguridad Social, que se ha personado como acusación particular, han retirado los cargos en su contra.
Su pareja, condenado
Los únicos condenados, tras alcanzar las partes una conformidad, han sido su pareja, T. M. O. y el hermano de este, I. M. O., cuyas penas de prisión han quedado suspendidas y supeditadas al pago de la responsabilidad civil, que coincide con el importe de las cuotas defraudadas a la Seguridad Social. En caso de que alguno de los dos deje de pagar, entraría en prisión.
Los hechos por los que han sido condenados se remontan a 2006, cuando la pareja de la maga Beth, dedicado al sector de la construcción, fundó la empresa Grupo Toanjo Barcelona SL, cuyo objeto social era “la mejora, ampliación, reparación, mantenimiento y servicios integrales de edificios, locales, viviendas y comunidades de propietarios”, así como el transporte terrestre de material de construcción.
Tres años después, en 2009, la empresa entró en pérdidas y dejó de pagar la Seguridad Social correspondiente a los seguros de sus trabajadores. Desde este momento, según el ministerio público, el principal acusado, junto a su hermano y su pareja -la maga Beth-, ideó un plan para eludir el pago de estos gastos. Sin embargo, finalmente la fiscalía entiende que ella no estaba al corriente de esta estrategia.
Creó varias empresas con "idéntico" objeto social
La fiscalía los acusaba de crear varias empresas sucesivas que tenían distintas denominaciones, pero que presentaban un “idéntico” objeto social, desarrollaban la misma actividad y tenían la misma plantilla.
Así, cuando el Grupo Toanjo Barcelona SL se endeudó, el acusado creó una nueva sociedad: Constructors de Futur Mateshu, cuya administradora única, según figura en el Boletín Oficial del Estado, era la maga Beth. Esta empresa generó deuda por impago de cuotas desde el mismo momento de su creación.
El hermano tampoco estaba al corriente
Al año siguiente, en 2010, el acusado creó otra nueva compañía, Aries Serveis Integrals SL, en la que colocó como administrador único a su hermano y que, como la anterior, acumuló una deuda por impago desde el primer día. Finalmente, en 2011 creó la última, Servicios Integrales Orpemompe SL, cuyo administrador también era su hermano.
Según ha podido saber este medio, el hermano del principal investigado aseguró en su día que tampoco tenía conocimiento de que podría estar incurriendo en una ilegalidad, motivo por el que ya no mantiene relación con el principal acusado.
Una deuda que supera los 200.000 euros
En total, entre 2013 y 2016, el Grupo Toanjo dejó a deber 94.568,63 euros a la Seguridad Social, un roto a las arcas públicas que con intereses supera los 130.000 euros.
Servicios Integrales Orpemompe SL eludió el pago, entre 2012 y 2015, de 112.762,84 euros, que ascienden con recargos hasta los 162.671,05 euros. Las otras dos compañías fueron anuladas por parte de la Administración pública.
El INSS respalda a los trabajadores
Todo esto tuvo como consecuencia el impago de las nóminas de los trabajadores durante meses aunque, más allá de esto, no resultarán afectados.
Según ha podido saber este medio de fuentes judiciales, el principal perjudicado fue el erario, pues cuando los exempleados acudan al Instituto Nacional de la Seguridad Social y les digan que les faltan años de cotización, al existir una sentencia la responsabilidad recaerá sobre la empresa. Si esta se declara insolvente, en última instancia será el INSS quien asuma lo que corresponda a los extrabajadores por los años trabajados sin haber cotizado.
"Hay que ser valiente"
Fuentes conocedoras del caso han precisado que el principal acusado, T. M. O., para quien pedían tres años y 11 meses de prisión que no cumplirá si devuelve lo defraudado, en realidad no se enriqueció con estas operaciones, sino que comenzó a ofrecer presupuestos más bajos que sus competidores para conseguir trabajos de construcción. Una decisión que “devoró” su empresa.
“Cuando una compañía empieza a acumular deuda hay que tomar una decisión valiente, aunque no sea fácil, y cerrar”, sostienen fuentes cercanas al caso. “Sin embargo, la falta de cultura empresarial lleva a la mayor parte de las pymes a intentar escapar hacia delante, pidiendo créditos y endeudándose con la Seguridad Social en vez de ir a concurso de acreedores”.