Adriana es una de los 3.500 catalanes que residen en Australia, la cifra más elevada de la serie histórica. Eligió el lugar más alejado del globo para cambiar de aires y el destino la llevó a Sídney, populosa y tranquila ciudad que organizó los Juegos Olímpicos del 2000. Poco imaginaba entonces que sería testigo de uno de los mayores ataques jamás recordados en la urbe de la característica ópera: la matanza en un centro comercial al lado de su casa. “Creo que tardaré en volver allí, estamos en shock”, relata a Cŕonica Global.
“Da mucho miedo; Sídney es una ciudad muy segura, ¡y Bondi es una zona donde jamás piensas que vaya a pasar nada así!”, explica esta consultora de comunicación, afincada en Australia desde octubre del 2022. El centro comercial donde ha ocurrido la masacre “está ubicado junto a la principal estación de tren de Bondi”, es “enorme” y “tiene todo tipo de tiendas”, incluido el gimnasio al que acude Adriana. Ella misma paseó por la gran superficie hasta dos horas antes del ataque, en la tarde del sábado, y conoce a “mucha gente” que lo vivió in situ.
"Escuchamos muchas sirenas y nos extrañó"
Todavía impactada, detalla que se trata “del principal centro comercial de la zona” y declara que “asusta mucho pensar” que el ataque podía haber ocurrido estando ella o cualquiera de sus amigos, pues pasan por allí frecuentemente. Sin embargo, le cogió trabajando en un restaurante, un empleo que se ha buscado los fines de semana: “Ya sospechamos que algo había pasado porque unos momentos antes escuchamos pasar por delante un montón de coches con sirenas y nos extrañó”, cuenta.
Asegura que muchos conocidos estaban allí en el momento de la matanza –Bondi es una zona con ambiente familiar y muy internacional–, pero “nadie” vio al atacante ni se cruzó con él. “Uno de mis mejores amigos vive delante y lo vio todo desde el balcón, mientras una amiga se encontraba en la puerta cuando empezó a ver gente corriendo”. La sensación general, matiza, era más de confusión que de miedo, pues pocos sabían lo que estaba ocurriendo, aunque “corrían porque otros lo hacían”.
"Un loco con un cuchillo"
¿Cómo se enteró de lo que estaba sucediendo? “Un compañero del restaurante recibió un mensaje”, confiesa. Además, Adriana está metida en diversos grupos de whatsapp de españoles o latinos, y allí circulaba que nadie se acercara a Bondi Junction porque había “un loco con un cuchillo atacando a gente”. Un loco de 40 años que acabó con la vida de seis personas –cuatro mujeres–, entre ellas Ashlee, una madre de un bebé de nueve meses, también herido, y dejó una docena de víctimas, aunque se descarta el móvil terrorista. Una policía lo mató de un tiro.
La familia de Adriana se enteró por las noticias o porque ella, enseguida, avisó de lo que había ocurrido y comunicó que se encontraba bien. Pero, por el momento, esta catalana no ha vuelto a pasar por allí; de hecho, el centro comercial permanecerá cerrado este domingo, aunque algunas personas están llevando flores. Y, a pesar de que asume que es “difícil” que esto pueda volver a pasar, tardará un poco en volver a ese lugar. Y no será la única. El suceso ha sobrecogido a la población. Tras la masacre, “la zona estaba muerta” y “hubo cancelaciones en el restaurante porque algunos no querían salir de casa o tenían conocidos allí”. El desconcierto se extendió a los barrios cercanos. Sídney busca ahora de nuevo su característica tranquilidad.