De menospreciar a personas con sobrepeso o sin recursos, a levantarse a las 5 de la mañana para hacer burpees. Dos cosas que a priori no tienen nada que ver pero que un solo personaje los mezcla bajo un falso concepto de "desarrollo personal"; en paralelo, sus fieles lo siguen y difunden su palabra en las redes sociales a pies juntillas.
El influencer y falso mentor Llados, madrileño afincado en Estados Unidos, se ha hecho un hueco entre los jóvenes a golpe de expresiones huecas tales como "fucking panza" o "mileurista" y luciendo coches de alta gama en compañía de mujeres. La gran mayoría consume su contenido a modo de meme, pero a otros los aliena de la vida real bajo un falso modelo de éxito.
“La parte siniestra de las redes”
Llados cuenta con un grupo de fieles que le compran y difunden un mensaje vacío de contenido y destinado a vender sus cursos. “Entras en Instagram y hay menores rechazando a sus padres, o diciendo que tener amigos o pareja es una pérdida de tiempo”, describe Carme Ferré-Pavia, profesora de la Facultad de Comunicación de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), algo que resume como "la parte siniestra de las redes sociales".
¿Por qué calan estos discursos? Varias claves envuelven este fenómeno. Muchos son adolescentes, “una edad en la que hacen falta guías y modelos, y te reflejas en otras personas mientras te creas un carácter”; dicho en otras palabras, “buscas dónde encajar”. Para esta experta en redes sociales, “es un proceso normal, pero encontrarte con este personaje y convencerte de que te llegará el éxito con este modelo de persona tatuada, de gimnasio, mujeres, coches…”, apostilla desde la incredulidad.
Fantasías con dinero, mujeres y coches de lujo
"El discurso cala porque es simple y directo, y porque el personaje tiene carisma", resume Jordi Camós, experto en redes sociales y formador en colegios e institutos: "Llados y sus seguidores se dirigen a jóvenes y sobre todo a personas que se sienten perdidas, que están insatisfechas y quieren un cambio en su vida, o no saben cómo cumplir su sueño".
Para el psicólogo clínico Jose Ramón Ubieto, "más que seguidores, tiene curiosos que fantasean con tener dinero, mujeres, coches de lujo...". Se sienten atraídos por "personajes como este u otros como Donald Trump o Andrew Tate, que exhiben sin pudor esa forma de vida, aunque todo el mundo sabe que Llados es un meme, un estafador que juega con las apariencias". Y esto tiene mayor porcentaje de acierto en "adolescentes que admiran lo transgresor".
Falso concepto de desarrollo personal
El menosprecio en los reels y vídeos de TikTok hacia aquellos que no comulguen con su concepto de "desarrollo personal" es evidente en los contenidos tanto del falso mentor como de sus seguidores, aunque cabe indicar que sus humillaciones se centran sobre personas con sobrepeso o sin recursos, sobre los que se consideran moralmente superiores.
Hacen una apología exacerbada del culto al cuerpo, explicando que la base del éxito consiste en dedicar todas las horas del día al gimnasio y a emprender para ganar dinero. Y si no te levantas a las cinco de la mañana mientras los demás duermen para exprimir al máximo el día con unos burpees (conocido ejercicio que consiste en combinar saltos con flexiones), eres un "fracasado". El resultado, vídeos que coquetean con el surrealismo.
Pico de soledad en los jóvenes
Así las cosas, defienden el aislamiento para que nada ni nadie les desvíe de su objetivo, cosa que Ferré-Pavia relaciona con el pico de sentimiento de soledad no deseada registrado entre los jóvenes.
Una de cada cuatro personas mayores de 15 años del mundo se siente solo, de acuerdo con varios estudios recogidos por el grupo de investigación Comress-Incom UAB: "Las redes tienen una parte de la responsabilidad y, en el caso de estos contenidos, es evidente, porque hacen que los menores se abonen a este problema".
Diálogo y ayuda profesional en los casos más extremos
¿Qué hacer si mi hijo se comporta así? "Lo primero es dialogar, tener una conversación honesta sobre estos contenidos y lo que pasa en la vida real", recomienda Camós, que imparte a estudiantes la conferencia La otra cara de las pantallas.
Esto no sólo permite saber si el menor sigue a estos personajes "por diversión", sino también generar en él una mentalidad crítica y convencerle de que "reírse de terceras personas está mal". También que reflexione sobre el estereotipo de la belleza y la felicidad que promueve, y sobre el riesgo de que difunda esos vídeos, ya que éstos "se viralizan y le pueden llegar a alguien vulnerable al que sí le afecten".
En el caso más extremo, "si hace caso a este personaje y se aparta de la familia, lo que se debe hacer es buscar ayuda profesional", insiste el experto. "Los adolescentes tienen la necesidad de saber cómo comportarse en la vida, y los padres y profesores tienen menos autoridad ahora porque los influencers digitales se han hecho un hueco como referentes", agrega Ubieto, que zanja: "Necesitan instrucciones para la vida".