Uno de los agentes de Mossos d’Esquadra que acudieron a la discoteca Sutton la madrugada en la que Dani Alves presuntamente violó a una joven de 23 años ha declarado que se encontró a la chica “en shock” y que inicialmente no quería denunciar.
El agente, que llevaba una cámara personal que se activó durante la intervención, ha relatado que la joven estaba completamente abrumada por los hechos y que creía que era la culpable de todo lo sucedido. “La tuvimos que calmar y explicarle que ella no era culpable de nada”, ha relatado el agente.
Temor a la repercusión pública
La denunciante explicó aquella noche a los Mossos d’Esquadra que el exjugador del FC Barcelona (aunque sin entrar en detalles, porque “se hundía”) había sufrido tocamientos en sus partes íntimas y penetración.
A pesar de la gravedad de los hechos que estaba relatando, inicialmente la joven no quería denunciar por temor a que se conociera su nombre y a la repercusión mediática.
"No quiero dinero, sino justicia"
En esta segunda jornada del juicio también ha declarado un mosso de paisano, el primero en acceder a la sala en la que se encontraba la víctima, que ha expresado que a la chica le costó mucho explicar lo que había sucedido. "Estaba temblando y llorando. No era capaz de hablar", ha recordado.
Finalmente, la denunciante expresó "entre sollozos y llantos" que había tenido un percance con una persona y que ésta "no le había dejado salir y le había tocado los genitales". "Dijo que no quería dinero, que quería justicia", ha recordado el agente.
Junto a ella estaban su prima y su amiga, también muy nerviosas, y que trasladaron a los mossos que ellas también habían sufrido tocamientos por parte del futbolista.