Aleix Melià (Barcelona, 1996) acaba de revalidar en Valencia el título de campeón de España de snooker, una modalidad de billar con poca tradición en el país frente a otras más conocidas como el pool y la carambola. Y no es por falta de afición pues, en conversación con Crónica Global, explica que este es uno de los tres deportes más vistos en el canal nacional de Eurosport, pero lamenta la falta de infraestructuras para practicarlo.
Él, de hecho, se “enganchó” al snooker al verlo por televisión en plena adolescencia, aunque ya había hecho sus pinitos en el mundo del billar de niño, por afición de su abuelo y de su padre. Pero esta modalidad le fascinó. Y, ante la falta de herramientas –algo que todavía perdura–, se las tuvo que ingeniar para dar rienda suelta a su pasión y mejorar día a día.
Media vida juntos
Melià se inició en el snooker con 14 años en la bolera de Pedralbes, en Barcelona, donde antaño había un par de mesas de esta modalidad (tres veces más grandes que las de pool), y lo suyo fue un flechazo: “Me enamoré desde el primer momento”. Si no lo había intentado antes era precisamente por las dimensiones del tapete, difíciles de manejar para un niño. Nunca más se separó del taco, y ya llevan media vida juntos.
“Había practicado el fútbol, y también el golf, pero me aburría. Y el snooker me fascinó”, recuerda. “Quise mejorar, y empecé a dedicarle todas las horas en las que no estaba estudiando o con la familia y los amigos”, añade. Incluso lo mandaron un año a Inglaterra a una escuela de tecnificación profesional para que se formase y aprendiese las bases, pues la “técnica es el factor diferencial”. De hecho, explica, el snooker es la modalidad “más completa” y requiere de “mucha precisión”, dado que las bolas caben “al milímetro” en las troneras.
Difícil compaginarlo con el trabajo
Sin embargo, a su regreso de Inglaterra se dio de bruces con la realidad: la falta de lugares para practicar este tipo de billar. Tras su paso por la bolera de Pedralbes aterrizó en el Billar Monforte, pero tuvo que buscar otro sitio porque el club no le “daba facilidades” para “dedicarle más horas”.
De este modo, se unió con cuatro jugadores más y, entre todos, cogieron una sala privada, aunque la aventura duró medio año, lo que tardó uno de ellos en abrir su propio salón, La Centena, en Sant Andreu. Este local cuenta con dos mesas de snooker y dos de pool. “Allí me entreno todo lo que puedo” o lo que le permite su trabajo de asesor fiscal en una conocida firma de auditorías. Por lo menos, dos o tres horas un par de días por semana, insuficientes para él: “Los profesionales le dedican entre seis y ocho horas diarias, pero yo no puedo y ni me acerco a ello”.
El mejor por segundo año
- ¿Cuál es la situación del snooker en Cataluña ahora mismo?
- Puede que haya cerca de un centenar de jugadores. A nivel federativo no hay nada [de hecho, la última referencia al snooker en la página de la federación es del 2016]. Tenemos una asociación de jugadores de España y Portugal y nos organizamos por competiciones territoriales, con un partido cada tres semanas y dos pequeños torneos al año; los mejores juegan las finales al final de temporada.
Por el contrario, la federación española “se está poniendo las pilas” y “ha empezado a organizar la Copa de España”, que determinará un ranking oficial a partir de tres o cuatro torneos anuales en los que los jugadores suman puntos.
Y, pese a todas las dificultades, Melià se ha convertido en el mejor jugador de snooker de España por segundo año consecutivo. Partía como favorito en Valencia, pero las semifinales las superó por muy poco. El triunfo en el Campeonato de España supone para él una beca para disputar el europeo el próximo marzo en Sarajevo: “Tengo muchas ganas de hacer un buen papel allí”.
Mensaje a la federación
- Con estos mimbres, ¿por qué nadie apuesta por el snooker?
- No hay tradición ni ha salido ningún jugador profesional o que se haya acercado a profesional. Tampoco es tan rentable como otras modalidades, porque, al ser las mesas más grandes que las de pool o carambola, caben menos en un local. Eurosport está apostando mucho por el snooker, pero faltan infraestructuras, tecnificación, árbitros… La federación podría hacer mucho trabajo, porque tiene las herramientas para darle más visibilidad.
Por lo que a él respecta, le encantaría convertirse en jugador profesional, pero es “realista” y asume que, hoy por hoy, no es viable. “Se requiere de mucho entrenamiento, recursos económicos, algún patrocinador [él tiene uno que le facilita el material], ir a torneos… Si me llegase una oportunidad, tal vez podría aspirar a ello”, se sincera. Por ahora, él se paga los entrenamientos, los viajes y las dietas, sin perder jamás la ilusión, y esperanzado con que el snooker se gane el sitio que él está tratando de darle a fuerza de pasión, tenacidad y triunfos.