Arantxa Sánchez Vicario y su exmarido condenados a prisión por alzamiento de bienes
La justicia condena a la extenista y a Josep Santacana por urdir una trama para evitar el pago de una deuda de más de seis millones de euros, aunque ella elude la cárcel
17 enero, 2024 12:53Noticias relacionadas
Un juzgado de Barcelona ha condenado a dos años de prisióna la extenista Arantxa Sánchez Vicario y a tres años y tres meses a su exmarido Josep Santacana por urdir una trama para evitar el pago de una deuda de más de seis millones de euros al Banco de Luxemburgo.
El tribunal considera que hay suficientes indicios de que los condenados descapitalizaron su patrimonio para eludir el pago de los seis millones de euros que debían al Banco de Luxemburgo por el préstamo que les dio para pagar una multa por fraude a Hacienda.
Elude la cárcel
La magistrada ha condenado a ambos a pagar una indemnización conjunta de 6.620.127,60 euros al Banco de Luxemburgo pero acuerda la suspensión de la de cárcel impuesta a la campeona de Roland Garros, por lo que no irá a la cárcel. Su exmarido, en cambio, sí deberá entrar en prisión.
Los hechos se remontan a 2010, cuando la extenista contrajo una deuda con el Banco de Luxemburgo, que le pidió, vía burofax, que la saldase. Al no recibir respuesta, la entidad recurrió a los tribunales en 2017 y presentó una demanda contra Vicario.
Vaciaron sus cuentas corrientes
La extenista y Santacana idearon un plan para evitar que el Banco de Luxemburgo pudiera cobrar la deuda. Lo hicieron a través de cuatro movimientos financieros.
Mediante estas maniobras descapitalizaron el patrimonio de Vicario, vaciaron sus cuentas corrientes, hicieron desaparecer los créditos cobrados por ella y procediendo a una despatrimonialización inmobiliaria.
Problemas con Hacienda
La deuda con el Banco de Luxemburgo bebe de los problemas de Vicario con la Hacienda española. La tenista fue condenada por el Tribunal Supremo a pagar una multa de más de cinco millones de euros por un delito de fraude fiscal.
Hacienda cobró esta cantidad gracias a un aval del Banco Sabadell, que a su vez recurrió al Banco de Luxemburgo mediante un contraaval. Era precisamente en esta entidad en la que Vicario guardaba buena parte de los beneficios procedentes de su carrera como tenista de élite.