Efectivos de la Guardia Civil en la embarcación en la que se produjo la explosión

Efectivos de la Guardia Civil en la embarcación en la que se produjo la explosión EFE

Vida

Los herederos de un patrón de barco muerto en una explosión en Cadaqués pagarán 100.000 euros a las víctimas

El juez concluye que las condiciones de seguridad y mantenimiento de la cámara hiperbárica “no eran las exigibles”

14 enero, 2024 12:09

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Los herederos de un patrón de barco fallecido en una explosión durante una travesía cerca de Portlligat, en Cadaqués (Girona), tendrán que indemnizar con 100.000 euros a dos buzos (padre e hijo), que resultaron heridos. 

Así lo ha dictado el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Mataró que, tras una batalla judicial con denuncias cruzadas entre ambas partes, ha determinado que las víctimas no fueron responsables del accidente, por lo que deben ser indemnizadas por los daños físicos y psicológicos sufridos, según ha avanzado el Diari de Girona.

Explosión en la cámara hiperbárica

Los hechos por los que ahora tendrán que responder los herederos del patrón sucedieron el 30 de junio de 2017, cuando padre e hijo, ambos buceadores, se encontraban en el interior de la cámara hiperbárica de la embarcación, utilizada para la recomprensión, tras haberse saltado la última parada de seguridad de su inmersión. En ese momento se produjo una explosión que mató en el acto al patrón e hirió a los buzos. El padre resultó herido leve, mientras que el hijo sufrió quemaduras graves.

Los herederos alegaban que los culpables habían sido los buceadores, que habían abierto una bombona de aire dentro de la cámara hiperbárica, lo que habría provocado la virulenta deflagración. Sin embargo, el juez descarta esta posibilidad, teniendo en cuenta los informes periciales, y concluye que las condiciones de seguridad y mantenimiento de la cámara “no eran las exigibles”, según apunta el citado diario.

En cualquier caso, aunque la sentencia no descarta que se hubiese manipulado de forma errónea una bombona, el patrón, como propietario del barco y de la cámara, era el responsable de dar las indicaciones de su correcto uso a los buceadores. 

Secuelas físicas y psicológicas

En el accidente el joven sufrió heridas graves, de segundo grado, que le han impedido reincorporarse a su puesto de trabajo. Además, ambas víctimas sufren secuelas psicológicas, por las que ahora tendrán que ser indemnizadas.