Los dos acusados de delitos de desórdenes, atentado e intento de daños durante la manifestación del 20 de febrero de 2021 en Barcelona en repulsa por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasel han negado que cometieran estos hechos. Después de escuchar su testimonio, la fiscalía ha rebajado la petición de condena de los cinco años que solicitaba inicialmente a cuatro.
Durante el juicio, celebrado este martes en la Audiencia Provincial de Barcelona, uno de ellos ha reconocido que sí acudió a la manifestación pero niega que cometiera los hechos que se le atribuyen. El procesado ha recordado que notó que lo atacaban con porras y puñetazos y que, en un primer momento, pensó que estaba siendo víctima de unos “ultras”.
Niegan el ataque a los mossos
El acusado ha añadido que se dio cuenta de que eran mossos de paisano cuando vio a otros agentes uniformados, pero niega que les lanzara objetos o que se resistiera durante su detención.
En la misma línea, el segundo acusado, que ha asegurado que no conocía de nada al primero hasta el momento de su arresto, también ha negado que arrojara objetos a los furgones policiales o que agrediese a los agentes.
La fiscalía mantiene el delito de atentado
Sin embargo, tres agentes de Mossos d’Esquadra que han declarado en calidad de testigos han manifestado que los dos procesados lanzaron botellas a la furgoneta. Además, han precisado que los detuvieron por la vestimenta que llevaban, que los distinguía del resto de manifestantes. Sobre esta declaración la fiscalía sostiene que hubo un delito de atentado contra los agentes de la autoridad, y aunque ha rebajado la petición de condena, pide para ellos cuatro años de cárcel.
El Ministerio Público sostiene que los dos se confabularon con "numerosos alborotadores" en la protesta y supuestamente lanzaron botellas de cristal contra vehículos de los Mossos d'Esquadra, sin causar desperfectos, y cuando los agentes de paisano los arrestaron les encontraron un palo de madera de una bandera y 136 rodamientos.
Las defensas piden su absolución
Por su parte, las defensas han reiterado que los acusados no produjeron “daños” ni cometieron “agresión alguna”. De hecho, han añadido que no ha quedado claro quién lanzó las botellas ni tampoco si alcanzaron alguna furgoneta.
También han remarcado que el delito de desórdenes requiere que exista una concertación entre los acusados, que en este caso han afirmado que no se conocían, por lo que piden su absolución.