La Universidad de Barcelona (UB) investiga cómo llegaron unas muestras "no autorizadas" a un congelador de un laboratorio de centro, con las que trabajó un científico que murió el año pasado. El fallecido investigaba una patología transmisible y mortal en uno de los laboratorios del centro. Se trata de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, que es un trastorno neurológico mortal, degenerativo y poco frecuente.
El investigador pidió la baja tras un tiempo encontrándose mal. Confirmó a sus colegas que los síntomas que padecía eran compatibles con la enfermedad en cuestión, aunque pidió privacidad absoluta y ocultó el diagnóstico.
Muestras no autorizadas
Según ha avanzado El País, la universidad investiga ahora el origen de miles de muestras no autorizadas y descubiertas en un congelador de laboratorio donde trabajaba el fallecido, situado en la Facultad de Medicina de l'Hopsitalet de Llobregat, en Barcelona.
El responsable del laboratorio informó en 2020 a la UB de haber encontrado de manera fortuita en un congelador a 80 grados bajo cero muestras no autorizadas sospechosas de líquido cefalorraquídeo de personas con patologías neurodegenerativas, entre ellas la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. Tras informar a la universidad, la UB decretó el cierre inmediato del laboratorio y lo descontaminó.
Descartan riesgo de contagio
Desde la UB han asegurado que no hay riesgo de contagio, pues las muestras ya no se encuentran en las instalaciones de la universidad. La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob es un trastorno cerebral que puede provocar la muerte en poco tiempo, es degenerativa y poco frecuente, raramente transmisible y afecta aproximadamente a una persona de cada millón por año en todo el mundo.
Los síntomas iniciales más frecuentes de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob son falta de coordinación muscular, pérdida de memoria y confusión y estos dos últimos se asemejan a los de otras demencias, como el Alzheimer.