Cristina Busquets, futura jueza con solo 25 años

Cristina Busquets, futura jueza con solo 25 años GALA ESPÍN Barcelona

Vida

Cristina Busquets, la jueza que derriba mitos con solo 25 años

Hace dos años terminó la carrera y hace dos semanas aprobó las oposiciones: así es la joven catalana que abandera la última hornada judicial en España

13 octubre, 2023 23:30

Cristina Busquets se sacó la carrera hace dos años y aprobó las oposiciones a jueza hace solo dos semanas. Con 25 años recién cumplidos, la joven de Barcelona se ha convertido en la júnior de la última hornada judicial. Busquets atiende a Crónica Global para comentar (y derribar) los mitos sobre uno de los procesos selectivos más duros de la función pública. Su mensaje es claro: hay que estudiar mucho, sí. Pero si quieres, puedes.

--Pregunta: ¿Por qué te metiste en este embolado? ¿Te venía de familia o es algo que te atrajo durante la carrera?

--Respuesta: Cuando empecé derecho no tenía las ideas muy claras. Además hice el doble grado de derecho y ciencias políticas, por lo que tenía mucho más margen de salida. Pero hice unas prácticas extracurriculares en un despacho de abogacía y no me gustó en el día a día. Es una profesión estupenda, pero no para mí. Ya en el práctico curricular, que se hace en el cuarto año en los juzgados, tuve la oportunidad de estar con jueces de diferentes órdenes jurisdiccionales. Y ahí fue cuando decidí realmente que quería hacer eso. Sí es verdad que cuando estaba opositando, justo cuando acababa de empezar, recibí una llamada de cuatro despachos y eso me hizo dudar. Pero aposté, porque es una apuesta: en la oposición conoces a mucha gente que lo ha intentado y lo ha dejado. La gente con toda la buena fe dice: "ah, mira, yo conozco a alguien que lo intentó y lo dejó". Pero poca gente dice "yo lo he conseguido". Por eso quiero que la gente tenga un referente de que no es imposible. Si yo he podido, cualquiera puede.

Cristina Busquets, futura jueza con solo 25 años

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--¿Cuánto tiempo has estado opositando?

--Dos años y medio, un poquito más. El primer año lo compatibilicé con quinto de carrera, porque al ser doble grado, por ley son cinco años. Entonces estudiaba muchísimo. Además, al final en quinto conseguí las asignaturas más fáciles, porque realmente derecho ya estaba acabado y me quedaban algunas de política. Además, como estábamos en post-pandemia lo hacía desde casa. La verdad es que la oposición en sí es dura.

--¿Y cómo te preparaste para cantar los temas?

--Hay dos tipos de preparadores. Hay centros y luego preparadores privados. En mi caso, la abogada de mis padres fue la que desde el principio creyó en mí. Ella era mi único referente, porque mis padres son empresarios. Sí tengo algún referente cercano, mi tío es auditor y mi tía es abogada. Son con quienes he mantenido a veces conversaciones, incluso me dijeron que la oposición es dura. Pero cuando te lo dicen no te imaginas realmente lo que es, no lo sabes hasta que estás dentro. Los preparadores los conocí a través de la abogada de mis padres, que me recomendó sus contactos, hablé con ellos y no contacté con nadie más. Hay gente que va comparando diferentes preparadores y diferentes técnicas. Los preparadores son muy importantes y yo he tenido muchísima suerte con ellos. Yo soy la que estudia, pero ellos te van marcando el camino, lógicamente.

--Antes te he preguntado por la influencia familiar porque se dice que si no has tenido un tatarabuelo juez no lograrás entrar en la judicatura.

--Eso es mentira. Es un rumor que a mí también me llegó, pero al menos desde mi experiencia te puedo decir que es totalmente falso. El examen, tal y como está hecho, tiene la mayor objetividad. No tengo ningún apellido. Sí tengo un muy buen expediente en la universidad, pero eso tampoco lo tienen en cuenta. Lo que tienen en cuenta es que hagas muy bien los exámenes, que tengas buenos resultados. Obviamente se trata de un examen oral, no solo es el contenido. Al final no deja de ser una entrevista sui generis.

--¿Cuántas horas al día estudiabas cada día?

--Unas diez y media.

--¿Descansabas un día a la semana?

--Sí... medio. Y al final, nada. Al final estudias 15 o 16 horas, pero nadie aguanta eso al principio. La base son unas diez y media. 

--Cuéntanos cómo es la oposición.

--Son tres exámenes en un año: un test y dos orales con cinco temas cada uno. Para cada tema tienes 12 minutos, o sea, 60 minutos. Si no apruebas el primer examen, no pasas al segundo. Y si no pasas el segundo, no pasas al tercero. Los tienes que ir aprobando todos. Cuando solo queda un mes para el primer test te aumentan el ritmo de estudio y vas a 12 horas al día. Luego tienes unos días de descanso, que en mi caso no fue mucho. Además, justo me operé, tuve una laparoscopia de urgencia porque tuve un quiste en el ovario y fue de urgencia

--No me digas que estabas estudiando en el hospital.

--No, no, pero ya me ves a mí diciéndole a la intramural, ¡llama a la doctora que me tiene que dar el alta! Y yo con los puntos, porque la laparoscopia está aquí en el ombligo. Es una operación muy sencilla, pero sí tienes molestia.

Cristina Busquets, futura jueza con solo 25 años

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--¿Cómo recuerdas tu examen?

--Es una audiencia pública en el Tribunal Supremo... la primera vez que vas te impresiona. Al llegar te encuentras el personal del cuerpo de gestión procesal con una lista. Ese día había convocadas cuatro personas, tienes que esperar a que todos estén convocados porque no sabes si la gente se presentará. Como era la segunda, tuve que esperar una hora a que la chica anterior hiciera todo el examen. La chica después de mí, en este caso, se levantó, porque cuando eliges los temas si no lo ves claro... Cuando te toca, te acercas a la secretaria judicial que tiene las bolsas y sacas un número. Yo saqué el 13, por ejemplo, que corresponde al Tribunal Constitucional. Tú esa lista ya la tienes, claro, yo estudiaba con esa lista. Entonces tienes 15 minutos para hacer un esquema y luego empieza el espectáculo.

--Otra crítica: son pruebas memorísticas sin apenas razonamiento. ¿Qué opinas?

--Es verdad que a priori es así y desde fuera se tiene esta versión. En parte es verdad, no te lo voy a negar. Pero se ha intentado buscar el sistema más objetivo. En el test hay una parte importante de literalidad, no en todas las preguntas, pero en algunas sí son artículos y las hay puñeteras. Pero el examen oral lo veo bien porque no son artículos en sí, es muy importante la doctrina y la jurisprudencia. Tengo que recitar un artículo, pero también buscar una coherencia. En penal tenía que añadir mucha doctrina, además de incorporar todas las modificaciones como la del delito de violación y la ley de la eutanasia... esa es otra historia, la de las reformas legislativas que también te afectan. También hay una importante gestión del tiempo y se valora la capacidad de reaccionar ante imprevistos. Por ejemplo, en un tema me pasé un poco del tiempo y entonces corrí un poquito más con los demás para ajustar. Son cosas del directo.

--Ahora te falta la Escuela Judicial, claro, que te da la perspectiva práctica, la aplicación a los casos concretos. 

--En otros países incluso te exigen una práctica como letrado anterior. Hay muchos sistemas. Yo no tengo el máster de abogacía, no lo necesito, pero hay mucha gente que hace el máster antes de la oposición para tener un salvavidas.

--Por cierto, la Escuela Judicial se ve a menudo como un olimpo en el Tibidabo. Corresponde al tópico que quizá tiene parte de la ciudadanía sobre la judicatura como algo aislado del resto de la sociedad.

--Entiendo en parte esa visión. Pero también tienes el Centro de Estudios Jurídicos en el centro de Madrid. Ahí van los fiscales y los letrados de la Administración de Justicia. Quizá se ha dado esa imagen, pero los jueces al final son personas. Y sí que es verdad que muchas veces, cuando estaba de prácticas, los jueces o magistrados eran de una forma y luego fuera, en el despacho, eran mucho más simpáticos. Al final estás trabajando y debes ser el máximo de objetivo posible.

Cristina Busquets, futura jueza con solo 25 años

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--¿Por qué crees que hay más opositoras que opositores?

--No te sabría decir. Cuando se publican las listas de examinados casi todos somos chicas. Quizás es una cuestión de la resistencia, del aguante de cada uno, no lo sé. También influye mucho la situación personal que tengas en casa. Eso influye una barbaridad. Hay un factor del que no hemos hablado y que es muy importante: yo he vivido con mis padres, como la mayoría de opositores. Soy hija única y mis padres me han apoyado en todo momento. Me han dicho "no te preocupes, a nivel económico te cubrimos". Conozco gente que ha tenido que trabajar y opositar. Eso es titánico.

--¿Y sabes si se han sacado las oposiciones?

--No se las han sacado. No te digo que no se las hayan sacado por eso, pero sí te digo que eso no ha beneficiado.

--Ahora que hablas del ambiente, ¿crees que hay un sesgo económico en el acceso a la judicatura? ¿Me dirías cuánto te has gastado en el proceso?

--Te lo diría pero no lo sé. Los libros son una inversión, pero no es tanto. Mis preparadores no eran muy caros y hay una serie de ayudas, algunas son del Estado y otras son autonómicas. En Cataluña hay ayudas muy buenas para los opositores, porque lo que quieren es de alguna forma paliar este sesgo. No lo comparto realmente... quizá antiguamente sí, pero ahora ya es más transversal.

--Cataluña no es una tierra de jueces. ¿Qué falla?

--Cada año en las promociones de las universidades salen equis número de graduados en derecho. Entonces, ¿qué pasa? Que en Cataluña hay mucha demanda de abogacía. En mi promoción, la mayoría han ido para abogados porque también es más jugoso. Te dices que en dos años tienes plan seguro, mientras que lo mío es mucho más incierto. No sabes si te lo vas a sacar ni en cuánto tiempo.

--Estás obviando el tema ideológico del nacionalismo, ¿no crees que eso pesa?

--Pero yo creo en la independencia judicial y en la imparcialidad de los jueces. Al final, cada juez aparca su ideología y aplica la ley. Esto se ha visto con la ley del sí es sí. Muchos jueces han dicho que no estaban a favor de la sentencia pero la han aplicado.