Se estima que en 2023 se habrán diagnosticado 35.001 nuevos casos de cáncer de mama en España. Son datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), que apunta a que este tumor es el más frecuente en mujeres y el más diagnosticado en todo el mundo. Muchas de ellas requieren una mastectomía -la extirpación parcial o total de uno o ambos pechos- para su recuperación, con el impacto emocional que ello implica.
Aunque todavía no es una técnica muy habitual en España, cada vez son más los profesionales que confían en la impresión 3D para ayudar a desarrollar implantes mamarios personalizados. Escaneando el pecho antes de la extirpación se consigue crear un molde que servirá para crear un implante lo más parecido posible al pecho original de la paciente, reduciendo así las secuelas emocionales que ya de por sí comporta el cáncer y la mastectomía.
Una práctica poco extendida en España
El responsable del Servicio de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética del Hospital HM Delfos de Barcelona, Jesús Alfonso González, fue uno de los primeros profesionales del país en poner en práctica esta técnica. Su paso por hospitales de Japón y Corea le ha permitido conocer prácticas en esta especialidad que, en la sanidad española, todavía no están muy extendidas.
“Imprimimos en 3D el molde, el espejo de la otra mama para diseñar el implante y realizamos reconstrucción justo después de la mastectomía”, explica a este medio el especialista, que asegura haber utilizado esta técnica en cientos de mujeres. A diferencia de en otros centros, su equipo realiza la reconstrucción de forma inmediata tras la extirpación. “De esta manera, las mujeres no tienen que verse sin el pecho ni utilizar una prótesis mamaria durante el tiempo que suele transcurrir entre ambas intervenciones en la mayoría de casos”, apunta.
Técnica de autotrasplante
Otra técnica innovadora que incorporó el hospital hace un par de años es la conocida como autotrasplante. Ginecólogos, oncólogos y cirujanos plásticos altamente especializados en microcirugía trabajan conjuntamente para extraer el tumor y, después, tejido de la zona inferior del abdomen -piel, grasa y vasos sanguíneos- para moverlo hasta el tórax de la paciente y darle forma de un nuevo seno. Las venas y arterias se conectan al tórax con ayuda de un microscopio quirúrgico para recuperar la forma y función de la mama.
La operación, que suele durar unas cinco horas, “requiere mucha experiencia en microcirugía”, pues es compleja ya que la recolección del tejido es delicada, asegura González. Por este motivo todavía son pocos los hospitales en España que pueden realizarla. No obstante, la reconstrucción mamaria en directo mediante esta técnica no puede hacerse en todos los casos: sólo está indicada para aquellos en los que se debe realizar una mastectomía radical, siempre y cuando la paciente disponga de piel y grasa sobrante en el abdomen.
Mastectomías en Cataluña
En Cataluña se practican cada año unas 6.000 cirugías de cáncer de mama al año, el 25% de las cuales son una mastectomía. De éstas, en el 60 de los casos se practica la reconstrucción mamaria de forma inmediata. En 2021 aumentó el número de reconstrucciones mamarias con respecto a 2019, pasando de 1.917 a 1.962 intervenciones, según datos del Departamento de Salud.
En este sentido, el Programa de detección precoz de la conselleria invita a todas las mujeres de 50 a 69 años a someterse a una mamografía cada dos años, la prueba que permite detectar el cáncer de manera precoz. El 37,5% de los nuevos diagnósticos fueron mujeres de entre 50 y 65 años y el 42,2%, mayores de 65 años.