Una concejal del Ayuntamiento de Ginestar (Tarragona) ha denunciado ante los Mossos d'Esquadra haber recibido una paliza por parte del dueño de una explotación ganadera de la zona por dar de comer a unos gatos que estaban "desatendidos".  

La mujer, que es voluntaria en la asociación animalista Progat Ginestar, asegura que alguien la puso sobre aviso de la existencia de una gata y cuatro crías en el recinto.

Encuentra a los animales

Según ha explicado a Crónica Global, primero localizó el lugar y se acercó a averiguar si la información era cierta. Una vez allí, encontró a la gata y a las crías, de unos dos meses. Todos ellos con signos evidentes de desnutrición

Cuenta que se preocupó de averiguar quién era el propietario de la finca, y contactó con él. "Fui con una compañera de la asociación y después de comentarle el estado en el que estaban los animales, nos ofrecimos para hacernos cargo y castrar a la gata".

Unos gatos en una imagen de archivo / EP

La denunciante asegura que el hombre rechazó sus ofrecimientos, las echó de su propiedad y les insistió en que los gatos eran suyos y que no tenían autorización para darles de comer, porque estaban ahí para cazar ratas.

Caso omiso

Tras advertir al hombre de que estaba cometiendo un delito de maltrato animal, decidieron dar de comer a los gatos levantando una zanja para que pudiesen salir. 

La mujer insiste en que los animales no tienen chip, por lo que no tienen dueño y, por eso, siguieron dándoles de comer e intentaron que los gatos saliesen de la propiedad privada para llevarlos a una colonia cercana.

'In fraganti'

Un día, el propietario de la explotación encontró a las dos voluntarias dando de comer a los animales, a pesar de que se lo había prohibido. Según explica la concejal, empezó a decirle "puta, zorra. Os pienso rallar el coche".  

Ginestar, localidad de les Terres de l'Ebre Google Street View

"Nos fuimos de allí por no liarla más". Sin embargo, la cosa continuó con visitas habituales al lugar para alimentar a los felinos, hasta que consiguió llevarse a alguno de ellos, aprovechando que salían del recinto, y que eran animales que no tenían chip.

Altercado

Todo fue a más el pasado día 28 de agosto, cuando las dos voluntarias de Progat se disponían a llevarse a la gata y a tres de sus crías en un trasportín, para que no siguieran en esas condiciones tan deplorables. 

Así, sobre las 10:45 de la mañana, mientras se encontraban cogiendo a los gatitos apareció el coche del dueño de la finca, que iba acompañado de su mujer y su hijo. "Nos empezaron a grabar", explica la mujer.

Una patrulla de los Mossos d'Esquadra en una imagen de archivo MOSSOS D'ESQUADRA

El ambiente se fue caldeando cada vez más, recuerda la mujer a este medio. "Primero me pegó un empujón que me metió de golpe en el coche y yo estaba que no me podía creer que aquel hombre me hubiese puesto la mano encima". Después, explica en la denuncia, la mandó al suelo de un segundo empujón, y acabó con un fuerte golpe en la cabeza, el móvil roto y una cadenita de oro extraviada.  

La mujer, que todavía se está recuperando del golpe en la cabeza y un latigazo cervical asegura que tiene miedo y que no quiere que ese hombre se acerque más a ella.

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