Para entrar en El Fonoll, un pintoresco pueblo de Tarragona, hay que quitarse la ropa. Aunque su tamaño es modesto, y apenas lo habitan 25 personas, su historia ha llamado la atención de turistas de todo el mundo.
La idea de este pueblo surgió allá por el año 1995, aunque no fue creado hasta 1998, algo que hicieron Emili Vives y Núria Espinal en una aldea abandonada en la provincia de Tarragona. Vives compró una finca que incluía ese pueblo abandonado desde los años 50, así que junto a Núria reconstruyó el pueblo durante 8 años.
Un destino naturista de referencia
De sus orígenes, cuando incluso había un castillo que ya no está, se conserva una pequeña iglesia dedicada a San Blas y que se levantó entre los siglo X y XII, pero el matrimonio y sus cinco hijos, que practican desde siempre el nudismo, decidieron rehabilitarlo poco a poco y convertirlo en un destino naturista al que los interesados fueran expresamente.
Conexión con la naturaleza
El objetivo del pueblo nudista El Fonoll es difundir los valores del naturismo y de la vida, un lugar en el que todo se recicla y es sostenible, donde hay huertos ecológicos, el agua no se trata con cloro ni con otros químicos, no está permitido fumar ni cazar, la energía se genera con turbinas de viento y paneles solares y se debe respetar al máximo tanto a las demás personas como a la fauna salvaje y doméstica.
En este pueblo cuentan con 120 camas que se reparten entre cabañas, apartamentos y un albergue, además de ofrecer un camping para caravanas que puede ser para pequeños espacios de tiempo o largas estancias. El camping ofrece servicios como WiFi, un merendero, una sauna solar, una biblioteca y terreno para la práctica de diferentes deportes.
Diferentes alojamientos disponibles
En este pueblo hay unos 12 apartamentos de alquiler, un albergue y un camping para caravanas que puede ser para pequeños espacios de tiempo o largas estancias y que ofrece servicios como wifi, un merendero, una sauna solar, una biblioteca y terreno para la práctica de diferentes deportes.
El maravilloso entorno natural de El Fonoll es también perfecto para hacer excursiones. La finca tiene unos 20 km de pistas (no señalizadas) entre bosques y valles que merece la pena descubrir. Las rutas guiadas y gratuitas se organizan casi todos los días y duran alrededor de una hora.