El inicio de la lactancia no suele ser un camino de rosas para la mayoría de las madres. Así lo ponen de manifiesto los datos de uso de LactApp, la primera app dedicada a la lactancia y maternidad que resuelve dudas de forma personalizada, que ya es utilizada en España por el 23% de las madres, según datos de marzo de 2022. La etapa final, el destete, tampoco suele estar exenta de complejidad, sobre todo por la pérdida de vínculo tan especial que une a madre y bebé. Si habitualmente se recomienda contar con apoyo familiar para finalizar con éxito el destete, lograrlo sin ayuda puede convertirse en un reto importante.
Bien lo sabe Alba Padró, cofundadora de LactApp y experta en lactancia certificada IBCLC (International Board Certified Lactation Consultant). “Destetar implica para el bebé cambiar muchos de sus hábitos y rutinas y tener que proponer distracciones y cambios”. Hacerlo sola, sostiene Padró, es un reto extra “porque vas a tener que aplicar tú sola todos estos trucos que hacen que el bebé se distraiga y vaya bajando la demanda del pecho”. ¿Por dónde empezar? ¿Es mejor empezar por el destete diurno o por el nocturno?
Padró afirma que una cosa no es mejor que la otra, sino que cada madre debe buscar el método que se adapte a sus propias necesidades. “Por ejemplo, si la mamá está muy cansada y cree que necesita dormir, empezaríamos con el destete nocturno. Si por el motivo que sea, durante el día no puede mantener la lactancia, pero sí quiere mantener la lactancia nocturna, lo que hacemos es un destete diurno”, continúa.
Bebé de menos de un año
La edad del pequeño va a ser también un factor determinante. Así, si el bebé tiene menos de un año, desde esta pionera startup explican que la dificultad principal, si sólo ha tomado lactancia materna, es que acepte tanto el biberón como la leche artificial. Uno de los trucos que recomiendan desde LactApp es intentar ofrecer al bebé la propia leche de la madre con biberón. Si le cuesta aceptar la tetina, lo mejor -señalan las expertas en lactancia- es dejarle que practique un poco, en un momento en que el bebé esté relajado, sin demasiada hambre ni demasiado sueño, y colocando al bebé sentado en el regazo y mirando hacia delante, de manera que no pueda girar la cara en busca del pecho. “Los primeros días es posible que no lo acepte, así que paciencia y repetición”.
Si se opta por el destete nocturno, no queda otro remedio que negar el pecho. “El bebé debe aprender a conciliar el sueño sin succionar, y necesitará mimos y algunos extras para que se duerma”.
Bebé de más de un año
Si el bebé tiene más de un año, ya no sería necesario ofrecer biberón. “Se le puede ofrecer leche en un vaso”. También es recomendable modificar rutinas. “A veces es necesario estar más horas en el parque o fuera de casa para buscar distracciones “atractivas” que le puedan llamar la atención y hacer bajar la demanda de teta”. Si se opta por destetar de noche, es posible que, al negarle la teta, el niño se desespere y enfade mucho, por lo que aconsejan acompañar esos momentos de frustración con contención emocional, más que física. “Ten en cuenta que todo lo que hará tu hijo/a para pedir teta te va a poner muy nerviosa, un bebé que llora, chilla o te intenta desnudar para conseguir el pecho… Hacen que se nos acelere el corazón y nos suba la presión arterial, lo que es muy incómodo”.
La duración de la etapa de destete variará según la necesidad de urgencia de la madre, tal y como apunta Alba Padró. “Si tenemos una situación de emergencia podemos destetar de un día para otro”. En cambio, si no hay prisa, el proceso se puede alargar. “Debemos saber que durante el destete siempre puede surgir contratiempos -mocos, gastroenteritis, inicio de la escuela- que harán que el proceso se resienta y que podamos dar unos pasos atrás”, cuenta Padró.
¿Mastitis en el destete?
No necesariamente el destete nos puede llevar a una mastitis. “Si el pecho está bien y no nos molesta la leche, no debemos hacer nada”, aclara la cofundadora de LactApp. Por el contrario, si la mamá nota los pechos cargados o inflamados, entonces -puntualiza Alba Padró- sí que hay que sacarse leche, aunque sea una cantidad relativamente pequeña, hasta aliviar la sensación de molestia.
“Hay mucho miedo a la extracción con sacaleches porque imaginamos que nos va de nuevo a aumentar la producción de leche, pero el proceso de destete fisiológico se basa en el hecho de oferta y demanda: si saco poco, fabricaré poco, y de esta manera iré bajando la producción”, concluye.