En marcha. El operador del Tanatorio de Sants, Funeraria San Ricardo, ha fletado seis coches fúnebres para que den servicio a la nueva sala de velas del barrio. Empezarán a circular por la zona pese a las polémicas que rodean la puesta en marcha de esta infraestructura.
De entrada, los vehículos ocupan diversas plazas del párking público de la Estación de Sants que gestiona Saba. Se trata de un espacio que estará destinado a la futura parrilla de taxis subterránea tras la reforma del hub ferroviario, por lo que se advierte que se trata de una solución temporal y que la funeraria deberá buscar una alternativa.
Pero, por ahora, están aparcados allí. Según ha podido comprobar este medio, seis vehículos de Funeraria San Ricardo, que opera con el nombre comercial de Próxima Serveis Funeraris, ya se encuentran listos para realizar su servicio.
Choca con la reforma
Lo harán desde el párking de la Estación de Sants. Ocupan seis plazas, pese a que Adif ha incluido este equipamiento en la futura reforma del nodo ferroviario. Y no existe ninguna reserva de espacio para los vehículos mortuorios.
Según el administrador de infraestructuras, el estacionamiento subterráneo albergará la futura parrilla de taxis cuando se complete la reforma de Sants. El transporte público, el aparcamiento de vehículos privados y los coches fúnebres compartirán en ese momento el mismo espacio.
Pendientes de la justicia
Esa coexistencia se dará porque Funeraria San Ricardo, de la familia Almirall Bellido, trató de utilizar unas plazas de párking al aire libre situadas junto a Sants para estacionar los coches mientras no se usan. Los responsables del distrito rechazaron esta alternativa ante la fuerte oposición vecinal.
De hecho, los residentes, agrupados en la Plataforma Stop Tanatori, han recurrido el plan urbanístico que ha permitido rehabilitar una nave protegida y transformarla en tanatorio. Se espera que la jurisdicción contenciosa falle en los próximos meses.
Irrumpen en la inauguración
En paralelo, el colectivo también ha recurrido la concesión de la licencia de obras.
San Ricardo ha pedido otra licencia de apertura, pero el permiso municipal está pendiente de unas pruebas sonométricas bloqueadas por, precisamente, el rechazo vecinal.