Entre las montañas del Pirineo catalán, se encuentra el pequeño y pintoresco pueblo de Toloriu.

Sus calles empedradas y antiguas casas de piedra fueron testigos de una historia cuyo misterio y fantasía permanecen hoy en día, cautivando la imaginación de lugareños y visitantes.

Un tesoro de valor incalculable

Dice una leyenda, que en el siglo XVI llegó a la remota localidad pirenaica la princesa azteca, Xipahuatzin, rebautizada como María, heredera del emperador Moctezuma. Y lo hizo acompañada de un tesoro de valor incalculable que, a día de hoy, sigue en paradero desconocido.

La princesa mexicana, esposa del barón Joan de Grau, barón de Toloriu y compañero de Hernán Cortés en la conquista de México, se instaló entre las salvajes montañas del Pirineo catalán hasta el fin de sus días, llevándose consigo el misterio del tesoro.  

El misterio de la princesa

Según cuenta la leyenda, la hija de Moctezuma viajó a España con una docena de sirvientas mexicanas, para el pago de las cuales, es probable que se hubiera llevado varias joyas y oro. Así, María y su esposo acabarían instalándose en el castillo de Toloriu, ubicado en el remoto y tranquilo pueblo.

Devastada por la tristeza y la imposibilidad de adaptarse al frío clima del lugar, la princesa moriría unos años después, llevándose consigo el misterio del tesoro, del que nunca más se volvió a saber.  

Un tesoro diferente

Sin embargo, la esperanza y la curiosidad siguen habitando en algunos aventureros que no descartan que se encuentre en cualquier punto del bello pueblo pirenaico.

Durante décadas, se han ido compartiendo historias y anécdotas sobre la princesa azteca y su misterioso tesoro, así que, aunque no se puede confirmar la existencia concreta del tesoro de la princesa azteca, una cosa es segura: Toloriu ha encontrado un tesoro diferente pero igualmente valioso en esta leyenda perdurable.

 

 

 

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