Pasar una noche en la playa, bajo las estrellas y disfrutando de la brisa marina es, sin duda, uno de los planes más atractivos y económicos para cualquier turista o ciudadano de la costa catalana. Sin embargo, la acampada libre está estrictamente prohibida en todo el litoral de Cataluña.
La playa es un espacio público y, como tal, está protegida y regulada por la ley y, aunque en el pasado muchos municipios lo permitían, ahora cada vez hay normativas más proteccionistas y restrictivas al respecto.
Preservación de las playas
La razón principal por la cual se prohíbe acampar es la necesidad de preservar el ecosistema costero y mantener su equilibrio natural.
La actividad humana puede tener un impacto significativo en la flora y fauna marina, así como en el ecosistema en general. Acampar en la playa implica excavar hoyos para las tiendas de campaña, dejar residuos y basura o encender fuegos.
Por una cuestión de seguridad
Para aquellas personas que se planteen una velada a solas, con la única compañía de su saco de dormir, la normativa no es tan concreta, ya que hay municipios que no prohíben expresamente la pernoctación en la arena.
No obstante, la gran mayoría no lo permiten, básicamente, por una cuestión de seguridad. Y es que, el hecho de dormir en la arena supone un claro riesgo de sufrir robos o agresiones. Por otra parte, esta actividad no deja de tener un impacto negativo sobre el medioambiente.
Estacionar en la costa
Afortunadamente, existen alternativas para disfrutar de la costa sin incumplir ninguna normativa. Por ejemplo, estacionar furgonetas o autocaravanas en primera línea de mar, una acción permitida por muchos ayuntamientos catalanes.
Para llevar a cabo este estacionamiento sin exponerse a ningún tipo de sanción, bastará con que se respete la distancia entre el vehículo y el mar establecido por la Ley de Costas y sin exceder el perímetro del vehículo. Es decir, haciendo vida en su interior, sin sacar mesas, sillas o cualquier otro elemento.