Los vecinos de Sants presionaron ayer al nuevo alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, contra el nuevo tanatorio del barrio, una sala funeraria contra la que llevan protestando meses. Medio centenar de residentes marcharon hasta la sede del distrito para exigir que no se abra un equipamiento del que consideran que "no casa" con la zona.
El colectivo, convocado por la plataforma Stop Tanatorio, mostró pancartas como Fuera especuladores o Fuera buitres. Con ello, apremiaron al gobierno municipal a impedir el final de obras y apertura de un equipamiento que consideran poco ajustado al tejido urbanístico.
Dos demandas en marcha
Sea como fuere, las protestas en la calle son solo una de las dos vías del descontento que rodea el nuevo Tanatorio de Sants. Cabe recordar que los residentes han interpuesto dos acciones judiciales distintas contra el plan urbanístico (PEUI) que dio armazón legal a la controvertida inversión y contra la licencia de obra.
En estos momentos, los dos juzgados en los que se examinan los escritos aún no han contestado, pero se prevé un pronunciamiento en el segundo semestre del año.
Empresa opaca
A la espera de que los tribunales emitan su veredicto, lo cierto es que la llegada del nuevo operador ha estado marcada por la polémica. El Tanatorio de Sants lo impulsa Funeraria San Ricardo, vinculada a la familia Almirall Bellido, que lo operará bajo la marca comercial de Próxima Serveis Funeraris.
En realidad, como explicó este medio, la nueva instalación emana de un pacto con Áltima Serveis Funeraris, el grupo funerario de la familia Ventura.
En Sant Andreu, trasladado
En puridad, la nueva instalación mortuoria, cercana a los pisos de los vecinos en apenas ocho metros en algunos puntos, ha encontrado facilidad municipal. Es así porque el anterior gobierno presidido por Ada Colau (BComú) peleó para reubicar el proyecto de Tanatorio de Sant Andreu, en la zona de los antiguos Cuarteles.
En Sants, por contra, el distrito, también de los comunes, alegó que "no podía hacer nada" so peligro de prevaricar.