Las enfermedades cardiovasculares son, además del cáncer, las principales causas de muerte en el mundo. En España, más 720.000 personas padecen patologías de corazón sin reconocer los síntomas. Un problema que se estima que vaya en aumento, ya que algunas previsiones apuntan a que uno de cada cinco adultos de más de 40 años las desarrollarán en algún momento de su vida.
Ante esta situación, la comunidad científica internacional se centra en la medicina preventiva e integrativa. Diversos expertos apuntan que el conocimiento es clave, y que las respuestas están, en parte, en los hábitos de vida.
Nutrición y buenos hábitos
En este sentido Javier Coterillo, CEO de Longevida, indica que una nutrición de precisión y personalizada en función de las características metabólicas de cada uno -programas de salud personalizados- es algo a tener en cuenta. A su modo de ver, "para ello es necesario adquirir un conocimiento real de nuestro estado global interno; saber qué debemos eliminar y qué hábitos debemos incluir en nuestra rutina con el objetivo final de favorecer la buena salud cardiovascular y la longevidad, al tiempo que luchamos contra la inflamación de nuestro cuerpo, principal causa de padecer en el futuro cualquier tipo de cáncer severo", explica.
Coterillo apunta además otros factores que, en su opinión, se deben analizar en profundidad: "En primer lugar, la importancia de nuestra salud celular, hasta qué punto nuestras células y mitocondrias están adecuadamente sincronizadas con nuestros ritmos circadianos. El estudio de nuestra composición corporal también supone un elemento clave, así como el nivel de inflamación interno y de oxidación de nuestros órganos vitales".
La influencia del estrés
"El nivel de estrés afecta a todo en nuestra vida, también a nuestro metabolismo y al riesgo de obesidad", añade Coterillo, destacando además "la importancia de la digestión de nutrientes, la quema de grasas y la intolerancia al gluten, la lactosa y la fructosa".
Estar pendientes del déficit metabólico de vitaminas y minerales para tener cubiertas nuestras necesidades nutricionales también es, a su juicio, fundamental: "De lo contrario, el riesgo de diabetes tipo 2 y otras enfermedades estarán a la orden del día”, concluye.