Médicos y expertos internacionales han hecho un llamamiento a gobiernos y organizaciones suprenacionales como la OMS para impulsar vías alternativas al ámbito de fumar con el objetivo de avanzar en la reducción del daño del tabaco y el fin último de “salvar vidas”.
Las propuestas se han desarrollado en el marco del Foro Mundial de Nicotina (GFN, por sus siglas en inglés), que ha celebrado hasta este domingo su última edición en Varsovia.
Los casos británico y sueco
Uno de los más activos en el certamen ha sido el español Fernando Fernández Bueno, portavoz de la plataforma para la reducción del daño por tabaquismo, que ha mostrado su incredulidad ante la oposición a productos como el snus (tabaco oral), el cigarrillo electrónico o el tabaco calentado.
El experto ha asegurado que estas alternativas consiguen tener las tasas más bajas de tabaco en todo el mundo y puso de ejemplo países como Reino Unido o Suecia, que ya están apostado por éstas.
Funcionan
Fernández Bueno ha señalado que no sirve de nada tener una buena política si no se aplica y que el hecho de que países donde se haya aplicado prosigan con ella es señal de que funciona.
"Si yo veo que esa política es buena y no la aplico lo que estoy dando a entender es que esa política es mala. Y al contrario, tienen las menores cifras de tabaquismo", aclaró.
Salvar vidas
E incluso fue más allá al sostener que los médicos están obligados a defender la vía intermedia ya que conduce a abandonar la peor manera de consumir nicotina, como es el tabaco de combustión.
El también médico y portavoz de la red latinoamericana para la reducción del daño, Diego Verrastro, apuntó que los doctores están en un momento para hacer historia, con el único objetivo de salvar vidas.
Críticas a la OMS
“Queremos salvar vidas, no queremos hacer daño a la gente. Y a algunos políticos les cuesta entender eso”, sostuvo.
El doctor en medicina y cirugía de la Universidad de Costa Rica Randall Rodríguez Obando acusó tanto a los gobiernos como a la OMS de inducir a los ciudadanos al consumo del cigarrillo tradicional antes que apostar por unas alternativas que la ciencia ya avala como menos dañinas.