Barcelona se subirá a una barra a finales de año. El campeonato mundial de pole dance se celebrará los próximos 9 y 10 diciembre en el distrito de Sant Martí gracias al empeño personal de Patricia Roqueta, que se ha convertido en uno de los rostros de esta disciplina en España.
La presidenta de la federación nacional de pole art y propietaria de la academia Feeling Woman está gestionando todos los preparativos del certamen sin ningún tipo de respaldo institucional. Ni del Ayuntamiento de la Ciudad Condal ni de la Generalitat de Cataluña, que a juicio de la empresaria apenas tienen gestos hacia este colectivo.
300 atletas de 42 países
Pese a ello, Roqueta apunta alto. "El evento reunirá a unos 300 atletas de 42 países repartidos en 12 categorías, incluida una categoría infantil a partir de los seis años", detalla.
La competición, que no cuenta con ningún premio en metálico, ha celebrado sus últimas ediciones en Italia, Canadá y Estados Unidos. El próximo clasificatorio europeo se llevará a cabo en Bolonia los días 23, 24 y 25 de junio. Y, ahora, la cita global recalará en Barcelona.
"No somos un espectáculo"
La empresaria ya ha empezado a organizar la logística del evento, como el alojamiento de los participantes y la búsqueda de un emplazamiento para realizar las pruebas. El evento se disputará en el centro deportivo municipal de Bac de Roda.
Sabedora que se trata de un deporte minoritario, ha iniciado una ronda de contactos con la Administración no solo para recabar apoyos sino también para deshacer malentendidos.
Con minusvalías y en la barra
Así lo hace en Feeling Woman, el centro de aprendizaje más grande de Barcelona y uno de los mayores de España, y con las actividades de la federación nacional, que reúne a unos 300 asociados. "No somos un espectáculo, nos vinculan solo con el striptease", se queja Roqueta.
Desde estos frentes, defiende una modalidad que tiene más golpes escondidos de los que aparenta. "Tenemos una clasificación de parapole, que es como se denomina la clasificación de deportistas con alguna minusvalía física o psíquica, también lo practican chicos... es una forma de ejercicio que tiene su parte artística, sensual, pero que requiere mucha fuerza y resistencia", resume.