El Instituto Catalán de Salud (ICS) tiene caducados cerca de seis millones de euros en material sanitario contra el coronavirus. La empresa pública acumula decenas de palés de material fungible contra la pandemia en Logaritme, su filial logística, porque nadie se atreve a firmar la carta de destrucción. O, lo que es lo mismo, asumir responsabilidades en el dispendio. Los artículos son inutilizables y, salvo sorpresa, acabarán incinerados en una planta como la de Tersa en Sant Adrià de Besòs (Barcelona).
Fuentes del sector sanitario explican que Logaritme "hace circular material caducado" por los centros sanitarios del territorio para que no permanezcan ad eternum en un mismo lugar. "Pero su única salida es la destrucción por incineración, y nadie quiere responsabilizarse de ello", agregan las mismas voces.
Seis millones
¿Cuánto material ha caducado? Unos seis millones de euros, según los primeros recuentos consultados por Crónica Global. Se trata de fungibles comprados para hacer frente al Covid en 2020 y que no se usaron por dos razones.
Tras el primer momento, en el que se tuvo que improvisar, Cataluña se preparó para un escenario de máximos de contagio del virus al que no se llegó por poco. A ello se le suma que algunos hospitales públicos ya consiguieron sus propios artículos. Todo el mundo lanzaba sus propias operaciones para adquirir mascarillas, guantes y otros materiales para atender a los enfermos ante el colapso mundial de este tipo de productos.
Tres años después, los palés de material se mueven por distintas dependencias de Logaritme o incluso en almacenes de los hospitales. Nadie los consume y vuelven a la central logística.
ICS: "Se les da salida según la necesidad"
A preguntas de este medio, una portavoz del ICS ha asegurado que lo comprado de más por Logaritme es un "estoc de seguridad para dar respuesta a los posibles escenarios de pandemia". Relata que las referencias "se van actualizando y se les da salida en función de las necesidades del sistema sanitario".
La empresa pública defiende que el material está almacenado con arreglo al "plan de respuesta temprana ante un escenario de pandemia del Ministerio de Sanidad y Consumo". El documento de activación urgente "marca determinados criterios de reserva de productos adecuada en función del consumo declarado en época de pandemia".
"Mala gestión: lo han dejado caducar"
El sector tiene otra opinión sobre lo sucedido en Logaritme. Sostiene que es el ejemplo de una "mala planificación de los gestores sanitarios" en Cataluña. Los mismos interlocutores reconocen que durante la pandemia hubo compras de material al por mayor para atender necesidades urgentes, por lo que "es lógico que sobre". Aun sí, apuntan a que un exceso con las cifras que maneja la sanidad catalana tendría que implicar buscarle una salida. "Se puede donar o aportar a otras estructuras que lo necesiten", remarcan.
No es lo que ha ocurrido en el ICS y ahora los artículos sanitarios reposan en diversos almacenes, caducados e inutilizables. Desde el mercado se señala a dos personas como presuntos responsables: Miquel Arrufat, director de Gestión de ICS, responsable económico-financiero y presidente de Logaritme; y el jefe de operaciones de la participada, Toni Castillejos.
Otra polémica en la logística
Hay consenso en que la única salida para las referencias es su destrucción por incineración. Eso sí, "nadie quiere firmar el certificado" por las posibles responsabilidades que implicaría o podría generar. Por este motivo se mantiene una situación que algunas voces tildan, directamente, de "kafkiana".
Se trata de otra polémica en Logaritme, una empresa pública participada por el ICS, el Banco de Sangre y Tejidos, el IDI y el Consorcio Castelldefels Agents de Salut. El nombre de la sociedad ya apareció en titulares por el caso de la venta de seguros privados de salud a su plantilla, tal y como desveló este medio. Ante el malestar que se generó entre los trabajadores, el propio gerente que había promovido la iniciativa, Albert Tarrats, decidió dar un paso atrás.
El ICS: cambios
Asimismo, la controversia por este material caducado se suma a la crisis por los almacenes fantasma a los que se asigna material y no existen. Se dan en Logaritme y forman parte de una operativa que, como mínimo, es anómala en el sector.
La puntilla final la da el contexto en el que se concatenan escándalos. El nuevo gerente del ICS, el doctor Xavier Pérez, intenta poner orden en la macroempresa pública. La reestructuración ya ha implicado el cese de la directora asistencial, Sònia Abilleira, y la destitución forzosa --en forma de jubilación y recolocación en puestos de responsabilidad-- del gerente del grupo sanitario en Girona, Joaquim Casanovas. El sector espera más movimientos en el corto y el medio plazo.