El atasco que sufre la sanidad pública en Cataluña desde que estalló la pandemia ha provocado que la contratación de seguros de salud privados se haya disparado en los últimos años. Especialmente desde que las aseguradoras ponen a disposición de los ciudadanos pólizas a precios mucho más asequibles que antes, conocidos como seguros low cost.
Si a todo ello se le suma que las tarifas que las aseguradoras pagan a los médicos por cada consulta son cada vez más bajas, el problema está servido. "Para que nos salgan las cuentas tenemos que atender a siete pacientes por hora. A veces llegamos a visitar a más de 50 personas al día", explica a Crónica Global Ignacio Guerrero, presidente de la Asociación Unión Médica Profesional (Unipromel), que agrupa a miles de profesionales de la sanidad privada.
Empeora la calidad asistencial
Que las aseguradoras hayan decidido bajar el precio de sus pólizas no solo repercute directamente en las retribuciones de los profesionales, sino también en la calidad asistencial que ofrecen a sus pacientes. "Los pacientes salen de la consulta con la sensación de que esto está peor que la sanidad pública", lamenta Guerrero.
Según un barómetro elaborado por esta misma asociación, las retribuciones de los médicos de la sanidad privada en España oscilan entre los 6,50 y los 20 euros por la primera consulta, aunque la mayoría mantienen un baremo de entre 7 y 12 euros por visita. Unas cifras que quedan lejos de los entre 60 o 100 euros que pueden llegar a cobrar los facultativos en países como Alemania o Francia.
No hay tiempo para la relación humana
A este ritmo, los médicos que trabajan con mutuas se ven obligados a no poder dedicar más de diez minutos a sus pacientes. "A los hospitales privados les da igual que los médicos cobren poco, su objetivo es que las consultas estén llenas", apunta Guerrero. Como consecuencia de esta realidad, en muchas ocasiones la relación facultativo-paciente se ve enormemente afectada y la atención médica se despersonaliza.
"Los médicos tienen que trabajar muchas horas y atender a muchos pacientes al día para poder ganarse la vida. A veces no tenemos tiempo ni para mirar al paciente a los ojos ni para realizar una exploración física", aseguran otras fuentes del sector a este medio.
Competencia toma cartas en el asunto
Ante esta situación, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha puesto en marcha una encuesta con el objetivo de conocer a fondo qué está pasando en el sector de las aseguradoras privadas de salud. Dicho organismo lleva años denunciando la situación que atraviesa y ha reclamado en numerosas ocasiones la necesidad de dotar de una serie de reglas al sector para poner orden.
Así, busca garantizar tanto las condiciones dignas de los profesionales del sector como la calidad asistencial y la seguridad clínica de los ciudadanos que contratan las pólizas de salud. "La consulta pública de la CNMC va a poner de manifiesto que las empresas aseguradoras lo han llevado como un negocio puro y duro", concluye Guerrero.
Disponer de más tiempo
Nikos Kastanos, antiguo especialista en enfermedades respiratorias del Hospital Clínic y cofundador de la asociación Movimiento Hipocrático, asegura a este medio que "está demostrado" que si la medicina se ejerce con más empatía y más tiempo, "disminuyen significativamente los errores médicos, los costes de medicación, los reingresos hospitalarios y el número de pruebas diagnósticas innecesarias".
Cataluña es la segunda comunidad autónoma con un nivel más elevado de pacientes con cobertura de salud privada, después de Baleares. Según los datos publicados por el Instituto Español de Estadística (INE), un 25% de la población cuenta con cobertura mixta. Aunque son cifras de 2020, los expertos del sector aseguran que el porcentaje no ha parado de crecer en los últimos años.