Más de una década después de que la mítica discoteca Pont Aeri cerrara sus puertas, el titánico local que un día ocupó en Manresa, la segunda de sus sedes, se encuentra en estado ruinoso. No obstante, el club de música electrónica por excelencia en Cataluña en la década de 1990, que en su última etapa se ubicó entre Vallgorguina y Sant Celoni, vuelve a estar en boca de todos después de que muchos espectadores reconocieran el himno de la sala, Flying Free, en la melodía de Tattoo, la canción que ha dado la victoria en Eurovisión a la sueca Loreen. De hecho, el parecido entre la creación de los productores Dj Ruboy y Dj Skudero y el tema eurovisivo es tan evidente que, como avanzó este medio, sus compositores estudian tomar acciones legales.
Mientras se gesta una batalla en los tribunales por los derechos de autor de la canción, la enorme nave manresana en la que resonó el himno languidece, como ha podido comprobar este medio in situ. La colocación de varios bloques de hormigón para blindar la entrada principal del desaparecido Pont Aeri, junto a la C-55, no ha logrado disuadir a vándalos, curiosos y grafiteros. La que un día fue la discoteca de culto de la música mákina y una parada obligatoria de la Ruta del Bakalao, se ha convertido en un lugar de reunión de jóvenes, que han encontrado en esta finca aislada el lugar perfecto para celebrar sus fiestas clandestinas, y de gamberros, que han abierto huecos en la fachada y han plasmado sus firmas en las entrañas de la sala.
Pendiente de demolición
Aunque la maleza ha cubierto el aparcamiento de la sala casi por completo, todavía se conserva el herrumbroso letrero con el logo de la discoteca: una insignia de aviación en la que algunos reconocen una pasti alada. El paso del tiempo ha hecho mella también en la estructura de la sala de fiestas, salpicada de goteras. Además, se han desprendido algunas de las placas del falso techo de lo que en su día fue el porche en el que se hallaba el acceso principal, recordado solo por la 'i' de Pont Aeri. En el interior, los cascotes han caído sobre el suelo, hoy de tierra. Ni rastro de las baldosas sobre las que bailaban más de 2.500 personas por sesión.
Con este escenario, desde el Ayuntamiento de Manresa han confirmado a Crónica Global que el objetivo del consistorio a largo plazo es derribar el Pont Aeri. Empezarán por el aparcamiento. De hecho, a finales de este mes se conocerá la resolución de un concurso público que pondrá fecha a su demolición. Después de arrasar con el pavimento de las inmediaciones, el esqueleto, levantado en los años 80 en la riera de Rajadell, también será derribado, confirma el consistorio. Eso sí, a largo plazo, porque la demolición "será muy cara".
El origen de Pont Aeri
Pont Aeri abrió sus puertas por primera vez en 1991. No lo hizo en la mítica sala a las afueras de Manresa, hoy abandonada, sino en Terrassa. Fue allí donde, como el propio Ramón Escudero --propietario de la sala y padre de los DJ Skudero y Xavi Metralla-- explicó en su blog, colocaron una escalera metálica que les recordó "a las que dan acceso a los aviones". Así fue como surgió la idea que dio nombre a la sala y de donde bebe también el diseño del logo. La discoteca funcionó en el número 40 de la calle Còrdova, hoy Sala Vinilo, de la cocapital del Vallès Occidental, hasta que el ayuntamiento le abrió un expediente que supuso una sanción económica y su cierre.
A raíz de estos hechos, los propietarios decidieron trasladar el Pont Aeri al local de Manresa, un edificio construido en 1986 y con capacidad para 2.700 personas. Antes de la empresa de Escudero, albergó las salas Eh!, Equilibri, Music Palace, Virtual y Central Manresa, según recogió Regió 7. En el mítico local funcionó a las puertas de la capital del Bages desde julio de 2000 hasta diciembre de 2001, cuando fue clausurado por incumplir la normativa urbanística y la familia Escudero decidió reabrir en Terrassa. En 2002, en cuanto encontraron otro bajo con capacidad para su público, se trasladaron a la antigua discoteca La Festa de Vallgorguina, que permaneció en funcionamiento hasta su cierre definitivo en 2012. En lo que respecta a la sala de Manresa, en 2015 los propietarios cedieron al consistorio el terreno, de 34.233 metros cuadrados, según consta en el catastro, que será recuperado como espacio natural.