Este fin de semana Girona se viste de flores en la 68 edición de Temps de Flors, la tradicional fiesta de las flores que se celabra con motivo de la llegada de la primavera.
Tanto las calles, como los edificios públicos y privados, abren de nuevo sus puertas, tras un paréntesis forzado a causa de la pandemia del Covid-19 y las restricciones.
Un lugar con historia
Este es el caso de la antigua sacristía de Sant Nicolau, ahora convertida en la sede del despacho de abogados Díaz-Tarragó. Esta antigua sacristía es un edificio de más de mil años de antigüedad, donde se compatibiliza la conservación de los elementos arquitectónicos milenarios, --incluidos restos prerrománicos--, con las oficinas.
La Iglesia de Sant Nicolau se construyó -hay referencias de 1135- como capilla funeraria del Monasterio de Sant Pere de Galligans. Con la ley de desamortización en 1835 pasó a manos privadas, donde sirvió de almacén de cueros y de serrería. En 1936, la nave pasó a ser propiedad del ayuntamiento.
Tocar conciencias
Este año, el despacho Díaz-Tarragó celebra la 68 edición de Temps de Flors, representando una alegoría sobre el cambio climático. La exposición en la antigua sacristía representa el antagonismo entre un oasis en el desierto, tierra y cactus, simbolismo de la sequía que estamos viviendo en tiempos de cambio climático y, especialmente, con las restricciones activas que se padecen en consecuencia, y por los diversos cambios meteorológicos.
En contraposición, una zona de fuentes de agua y flores de colores que simbolizan un sentimiento de satisfacción y la visión de un futuro ecológico. Una alegoría que pretende tocar la conciencia de los visitantes e invitarles a pensar en el futuro de nuestro planeta. En la exposición no faltarán los libros de colecciones antiguas, aportando un toque histórico y cultural, además de la música, que podrá disfrutarse los sábados 13 y 20 con conciertos gratuitos de @jandtc.music, voz y piano.