El Govern cobrará a Renfe el coste de los buses lanzadera que la compañía ha puesto a disposición de los pasajeros, tras la incidencia del pasado lunes en la estación de Gavà (Barcelona), a pesar de tener una deuda de más de 156 millones de euros con la compañía ferroviaria, según han declarado fuentes de la empresa este jueves.
El refuerzo habilitado por carretera para conectar Sitges y Violanova i la Geltrú con Barcelona, tendrá un coste aproximado de unos 85.000 euros, una cantidad que la Generalitat no estima asumir, han explicado fuentes del Govern.
La cantidad puede variar
La previsión es destinar diez buses diarios a cubrir el servicio para suplir el que Rodalies no puede dar desde la noche del pasado lunes, tras romperse la catenaria en Gavà y caer sobre una señal de seguridad, que quemó todo el enclave.
El número de buses extraordinarios que se usan dependerá de la demanda de cada día y momento y, aunque este jueves solo se han usado siete, la cifra puede cambiar si Renfe pone buses en todo el corredor --ahora cubren el trayecto Castelldefels-Barcelona-- y si los trabajos de reparación se alargan más de las tres o cuatro semanas previstas en un primer momento por el incremento de pasajeros en verano.
"Ofensiva contínua"
Fuentes de Renfe aseguran mantener una "comunicación constante" con la Conselleria de Territorio y ha reiterado que, "aunque no lo parezca", la Generalitat es el titular del servicio. Por ello, han arremetido contra la "ofensiva continua" por parte del Ejecutivo autonómico, que ha tardado prácticamente un día en ofrecer un refuerzo por carretera, solicitado el miércoles por la mañana.
Sin embargo, la percepción en la compañía es que el Govern está aprovechando la "crisis" de Rodalies tras la avería de Adif en Gavà, para boicotear y desprestigiar el servicio de Renfe en Cataluña. De hecho, hay inspectores de la Agencia Catalana de Consumo (ACC), tanto en la estación de Sants, en Barcelona, como en Tarragona para controlar el servicio de información a los usuarios a raíz de la inciencia. Esto, recuerdan fuentes próximas a Renfe, se asemeja a lo que sucedió en 2017, cuando el Govern lanzó una aplicación de Consumo dedicada exclusivamente a comunicar incidencias del operador ferroviario.