Las personas con discapacidad intelectual se sienten discriminadas también en Sant Jordi. Así lo han asegurado desde Dincat --representante del colectivo en Cataluña--, desde donde hacen un llamamiento a la Administración y al sector cultural para fomentar la accesibilidad cognitiva.
¿Cómo? Adaptando los libros y los textos para que todo el mundo los pueda entender y, de esa forma, "poder disfrutar de una Diada más inclusiva".
Derecho a la cultura e información
Según la federación, son miles de personas las que ven vulnerado su derecho a la cultura y a la información al no poder entender la mayor parte de los libros que se distribuyen en la actualidad. Por eso, reclaman impulsar más lecturas fáciles --expresadas con las siglas LF--, un método de creación, adaptación y validación de documentos para que sean más comprensibles. En concreto, el sector pide que se escriban más libros en esa tipología y que las editoriales tomen conciencia de esta necesidad, apostando por la edición y publicación en LF.
Asimismo, Dincat destaca la importancia de que todas las bibliotecas públicas de Cataluña pongan libros en este formato a disposición de los usuarios, ya que actualmente sólo representan el 0,35% del total. Una cifra muy baja, teniendo en cuenta que el 30% de la población tiene problemas de comprensión lectora --según la Asociación de Lectura Fácil--.
Más clubs de lectura fácil
La entidad también destaca otro de los problemas con los que se encuentran las personas con discapacidad intelectual. Y es que muchas veces "se ven obligadas a leer cuentos infantiles o clásicos de lectura por la falta de publicaciones de novelas más actuales en lectura fácil". Algo que demuestra, una vez más, "el desconocimiento del colectivo al no tener en cuenta que las personas adultas con discapacidad intelectual quieren disfrutar de novelas de actualidad y de acuerdo con su edad", expresan en un comunicado.
Otra de las propuestas de Dincat es el impulso de más clubs de lectura fácil ya que, hoy por hoy, existen 135 en Cataluña en los que participan 1.337 personas. De ellos, solo 28 están especializados en personas con discapacidad intelectual. Cabe recordar que son una herramienta útil de aprendizaje y práctica de la lengua, reconocida incluso por la Diputación de Barcelona que, en 2017, realizó un estudio sobre su impacto. El informe evidenció que la participación de los usuarios se traduce en un incremento del 54% en su hábito lector y en una mejora de un 20% de sus competencias lingüísticas.
Por último, Dincat avisa de que la lectura fácil no debe estar solo presente en fiestas como Sant Jordi, sino en todos los ámbitos sociales, políticos y administrativos. Y es que, a parte de los libros, deberían adaptarse los documentos oficiales, los formularios, las webs, las leyes o las recetas médicas, entre otros.