Los adolescentes son cada vez más adictos a las pantallas. Así lo ha evidenciado la última memoria de Projecte Home, desde donde aseguran que las solicitudes de ayuda por adicciones a los dispositivos han superado, por primera vez, a las del alcohol.
Sin embargo, la adicción principal sigue siendo el cannabis. De esta forma, los jóvenes menores de 23 años están enganchados al móvil, a las redes sociales, a los videojuegos y a las apuestas.
Menos actividad física
Pero estos no son los únicos datos que preocupan. Y es que los jóvenes dedican a las pantallas el tiempo que, según el informe de 2019, dedicaban a la actividad física. De hecho, la media que pasan frente a las pantallas es de 3 horas y 20 minutos.
Según la Fundación Gasol, los menores dedican 6,7 minutos menos al día a la práctica de deporte respecto al último estudio. El deterioro es mayor entre las niñas y en la etapa de quinto de primaria a primero de la ESO, independientemente del género. En este sentido, solo tres de cada 10 niños y adolescentes de 8 a 16 años hace, al menos, una hora de actividad física al día. Este es el objetivo mínimo que marca la Organización Mundial de la Salud para tener unos hábitos saludables.
Las familias deben implicarse
Asimismo, “el género femenino se acerca preocupantemente a los niveles de uso de las pantallas de los niños, lo que muestra cómo esta tendencia se extiende a toda la población”, explica el informe Pasos 2022 que ha encuestado a 3.000 alumnos de 245 centros educativos de toda España, 39 de los cuales están en Cataluña.
“La realidad actual, en cuanto al tiempo dedicado al uso de pantallas frente al de práctica de actividad física, es alarmante para todas las edades”, ha señalado Genís Según, coordinador técnico de Investigación y Programas de la entidad. Sea como sea, se debe trabajar para revertir estos datos preocupantes. ¿Cómo? Sobre todo, con la implicación de las familias.