La jornada de Sant Jordi, el Día del Libro y la Rosa en Cataluña, el próximo 23 de abril se acerca con unas grandes expectativas para Barcelona. La Guardia Urbana prevé la movilización de un millón de personas en la Ciudad Condal, en parte gracias al hecho de que la celebración vaya a tener lugar un domingo en lugar de un día laborable, tal como han explicado el presidente de la Cambra del Llibre de Catalunya, Patrici Tixis, y el presidente del Gremi de Llibreters, Eric del Arco, este jueves en una rueda de prensa.
Las cifras que los responsables de la festividad contemplan para la capital catalana “mejoran las previsiones”, superan los datos del año pasado e incluso sobrepasan a nivel profesional los del 2019, el último año antes de la pandemia del coronavirus. Concretamente, hablan de un incremento del 11,5% en el número de paradas (con 320, frente a las 287 del 2022), un metraje un 17% mayor (3.294 metros frente a los 2.802 del año pasado) y un 25% más de firmas de autores (213 paradas contarán con la presencia de escritores, 43 más que en 2022). Además, en palabras de Tixis, la oferta editorial de libros será “la mayor de toda la historia de Sant Jordi”.
Ciutat Vella, el "centro neurálgico"
Una de las principales novedades en lo que se refiere a la logística del evento es que el distrito de Ciutat Vella se convertirá en el "centro neurálgico" de la jornada, con 278 metros en los que habrán dispuestos más de un centenar de puestos de libros en las Ramblas. Este movimiento pretende devolver a la zona el "valor simbólico" de la que consideran "la cuna de la fiesta", que comenzó formalmente en el año 1926 como resultado de la confluencia de las tendencias románticas de principios del siglo XX, el movimiento literario de la Renaixença en el territorio y la cultura catalana.
El espacio entre la plaza de la Vila de Gràcia y la calle Gran de Gràcia se ha casi duplicado con el objetivo de crear un eje que cruza la ciudad. Según han informado Tixis y Del Arco, este barrio contará con una veintena de paradas, mientras que Paseo de Gràcia y sus calles transversales tendrán alrededor de 180. Paralelamente, Les Corts contará con una decena de puestos, Poblenou con nueve, Sant Andreu con ocho y Sarrià con tres librerías.
Una fiesta popular única
"Tenemos la oportunidad de hacer un Sant Jordi más grande que nunca, así que la ilusión es tremenda", ha declarado el presidente del Gremi de Llibreters, quien también ha destacado que se trata de una celebración única no solo en el territorio español, sino en todo el mundo. "Hablamos de un día en el que las ciudades se despiertan a las seis de la mañana para llenarse de libros y rosas en cada esquina durante toda la jornada. Al día siguiente, todo está limpio pero la sensación de felicidad de la ciudadanía permanece durante mucho tiempo. Tengo una sensación de que es una cosa muy nuestra e inigualable que a veces cuesta entender desde fuera. Hay quienes creen que es una feria, pero en realidad es una fiesta popular, es transversal", ha señalado Del Arco.
Aunque no han hablado de pronósticos de facturación debido al gran número de variables que entra en juego, han explicado que "las sensaciones son muy buenas" y que "los distribuidores, impresores y libreros realizan un trabajo muy bonito". También han recordado que, aunque harán pública una lista con los libros más vendidos del día hacia las ocho de la tarde, estos solamente constituyen el 5% de las ventas totales, por lo que las cifras no serán completamente representativas de la "oferta literaria diversificada" que caracterizará esta edición del acontecimiento.
Protocolos ante las adversidades meteorológicas
La pasada edición del Día del Libro estuvo profundamente marcada por las lluvias, por lo que los protocolos de Protecció Civil, Bomberos de la Generalitat, la Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra en materia de seguridad y emergencias "se han reforzado muchísimo", en palabras de Tixis. Otra de las preocupaciones que han expresado los dos principales responsables de la organización de Sant Jordi es el de la coincidencia en el tiempo con el partido del FC Barcelona contra el Atlético de Madrid entre las cuatro y las seis de la tarde del 23 de abril, suceso que podría desviar el foco de la fiesta en Barcelona.
"Al principio nos inquietó, pero al final nos dimos cuenta de que año tras año pasan cosas y que, aún así, Sant Jordi es muy fuerte. Quien quiera ver al Barça lo hará pero también comprará una rosa y un libro", ha expresado Del Arco. Desde la perspectiva de la seguridad, el librero ha manifestado que la competición deportiva podría afectar a nivel de ciudad desde el ámbito, por ejemplo, del transporte, pero ha afirmado que "están tranquilos".