La exposición de arte que escandalizó a la Iglesia ha tenido una vida corta pero intensa. La muestra Tradicions i contradicions llegó a su fin el pasado lunes, casi un mes antes de lo esperado, ya que el Obispado de Urgell ha confiscado las llaves del templo donde se celebraba el evento.
Según ha informado la organización, Galeria Efímera, en sus redes sociales, la intervención de la institución religiosa impide que la muestra pueda continuar y ser visitada. Además, las obras expuestas se han quedado encerradas dentro de la iglesia de Sant Roc de la localidad.
Choque con el obispado
"Contracomisario y artistas iniciarán una comunicación con el obispado para recuperar las obras", han señalado los organizadores, que han agradecido su participación a todos los creadores, así como a los vecinos. Ni el obispado ni el arzobispado han respondido a las llamadas de este medio para conocer los motivos de la medida, pero la diócesis ya adivirtió de que la exposición es "incompatible con la liturgia católica y supone una ofensa a los sentimientos religiosos de los católicos".
Además, la institución denunció que la muestra se había preparado "sin autorización ni comunicación previa, ni al rector de la parroquia, ni al obispado ni al ayuntamiento”. Por su parte, los artistas aseguran que no era su intención ofender a la Iglesia, sino hacer reflexionar al espectador y poner sobre la mesa el abandono de la ermita, por lo que afirman que la iniciativa ha sido bien recibida por el vecindario.
El obispado devolverá las obras
A pesar de que la Iglesia haya interrumpido abruptamente la muestra, los artistas que han creado las obras expuestas en el templo cristiano señalan a Crónica Global que en los próximos días prevén que el Obispado de Urgell envíe a una de sus técnicas a Farrera, para que abra la entrada del edificio y así los organizadores puedan recuperar las fotografías, pinturas e instalaciones que habían colocado en su interior. Y que los vecinos del municipio ya no podrán visitar, al menos en esta ubicación.
El obispado depende del Arzobispado de Tarragona, que hace unos meses decidió reestructurarse y reducir a la mitad sus arciprestazgos: Urgell, Les Garrigues, La Conca, Baix Camp, Priorat, Alt Camp, Baix Penedès y Tarragonès. El arzobispo, Joan Planellas, negó que la medida se debiera a la falta de sacerdotes --actualmente quedan unos 130--, aunque vecinos de localidades como Farrera denuncian la degradación de iglesias como la de Sant Roc, donde solo se celebra una misa al año.
Una meca del arte
Denunciar que el espacio de la iglesia está infrautilizado y que podría tener otros usos en colaboración con el vecindario era uno de los objetivos de la muestra Tradicions i contradicions, que también pretendía invitar al espectador a reflexionar sobre las repeticiones restrictivas del pasado y las expansiones creativas del futuro.
Tal y como explicaron a este medio Lluís Llobet, director del Centre d'Art i Natura de la localidad --que no participa en la exposición-- y los artistas que sí participan, Farrera se ha convertido en un destino para creadores de todo el mundo. El motivo es que a partir de los años 70 llegaron muchos jóvenes neorrurales al pueblo, y la presencia del centro, inspirado en una residencia para artistas de Escocia, ha servido para impulsar la creación de artes visuales, literarias y escénicas.