Los meses de verano se acercan cada día más en nuestro calendario y con ellos las temperaturas que caracterizan a nuestro país. Aunque no todas las zonas de la Península se ahoguen con los calores del verano, como sí ocurre en las regiones del sur, lo cierto es que España es una tierra cálida en la que el clima muestra en muchas ocasiones la potencia del sol. Por fortuna, la tecnología nos ha regalado aparatos eficientes que nos ayudan a combatir los sofocos estivales y hacer esos meses más llevaderos. Por supuesto, hablamos del aire acondicionado, cuya presencia en los hogares españoles ya supera el 35%, lo que revela que al menos tres de cada 10 casas españolas se sirven de este electrodoméstico.

Su parte negativa es la repercusión en la factura de la luz, que se engrosa sensiblemente cuando el aire acondicionado se pone en marcha. Precisamente en estos tiempos en los que el precio de la energía ha subido como la espuma, buscar el ahorro energético es crucial para que nuestros bolsillos no se queden vacíos. Por esa razón, en este artículo queremos dar algunos consejos para que los usuarios puedan hacer un uso eficiente del aire acondicionado y disfruten de las bondades de la climatización sin sucumbir ante la factura de la luz.

Revisa el aparato antes de usarlo

Por lo general, el aire acondicionado tiene un uso anual limitado a las últimas semanas de la primavera y los meses del verano, por lo que su inoperancia puede rondar los siete u ocho meses. Esta inactividad puede reportar algunos problemas en la maquinaria interna y, por tanto, en su normal funcionamiento, por lo que una revisión por profesionales siempre evitará que nuestro aire acondicionado marcha mal y gaste más energía de la debida.

Reparatecnic está especializado en la reparación y diagnóstico de equipos de aire acondicionado y podrá ayudarnos a poner a punto nuestro aparato.

Establece la temperatura adecuada

La tendencia natural de nuestro cuerpo cuando llegan las horas de más calor es buscar desesperadamente un lugar con refrigeración inmediata. Como consecuencia, es frecuente encontrar los aparatos en temperaturas de hasta 16 º, lo que en realidad es un disparate. La potencia del aire acondicionado debe rondar siempre entre los 24 y 26 grados, ya que, aunque no lo veamos, la función de este equipo es aclimatar el ambiente para evitar el calor, no colmar la estancia de frío para que terminemos congelados. Bajar los grados de manera innecesaria sólo aumentará el gasto energético y, por ende, el precio de la factura.

Por otro lado, cuando ordenamos al equipo temperaturas muy bajas, más pronto que tarde sentiremos frío y apagaremos el aparato hasta que vuelva el calor, una práctica que suma aún más gasto debido a la energía requerida durante el encendido y el apagado. Mantener una temperatura fija de unos 24 º no sólo será beneficioso para evitar la diferencia no mayor de 12 º con respecto al exterior, sino también para que el termostato se atempere y el equipo pueda seguir manteniendo la climatización mientras reduce su consumo.

Elige bien los puntos de instalación

Otro factor importante en el uso eficiente de nuestro aire acondicionado es su instalación. El equipo de refrigeración debe colocarse en zonas donde no reciba la incidencia directa del sol, o, en caso de ser inevitable, conviene protegerlos para que la radiación no lo caliente y sus esfuerzos por refrigerar impliquen más energía y, por tanto, más gasto.

En caso de que notemos que el funcionamiento del equipo es correcto, se recomienda igualmente desmontar los filtros y limpiarlos para mejorar la efectividad. Pero si no tenemos claro cómo hacerlo correctamente, siempre podemos contactar con la asistencia técnica para aires acondicionados ofrecida por Serviciotecnicooficial24h.

Ventila la casa de manera natural

Aunque los meses de más calor no dan muchas oportunidades de refrigerar la casa de forma natural, las primeras horas de la mañana y la noche siempre traen temperaturas y aires más frescos y agradables. Es entonces el momento de abrir las ventanas para aliviar el sofoco interior y preparar las estancias para que, llegando las horas más intensas, el aire acondicionado pueda empezar a funcionar sin necesidad de invertir tanta energía. Por supuesto, las puertas y ventanas siempre será mejor tenerlas cerradas mientras el sol apriete para evitar que el calor residual se cuele hasta el interior.

La instalación de toldos y pérgolas puede evitar la incidencia directa del calor y ayudar a nuestro aire acondicionado en su función, así como pintar las paredes exteriores con tonos claros que reflecten la radiación y eviten que penetre el calor.

Usar las funciones ECO

Por último, los aparatos actuales cuentan con modos de actividad con consumido reducido, como el ECO, o con periodos concretos, como el modo noche, que desactiva automáticamente el equipo pasadas unas horas.

Gracias a ellos y a todos los consejos anteriores seguro que notaremos el descenso que tanto esperábamos en la factura de los meses de verano.

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