Adaia López, la condenada en firme a seis años de prisión por arrancar la lengua a su novio Aarón en 2016, se encuentra en Tailandia por la inacción de la justicia. El abogado de la víctima, Pepe Rey, teme que se haya fugado al país asiático, que no tiene acuerdo de extradición con España, pese a que solicitó a la Audiencia de Barcelona que ejecutara la sentencia que la condenó a prisión en 2021. Ahora, anuncia que presentará un nuevo escrito, pero a tenor de las instantáneas que comparte la joven --en templos budistas y restaurantes-- teme que sea demasiado tarde.
El viernes, confirma Rey, la funcionaria que tendría que haber incoado la ejecutoria para que la joven ingrese en prisión y se haga cargo de la indemnización de 67.210,39 euros por los perjuicios causados a su ex, todavía no la había tramitado. Para más inri, el juez rechazó las medidas cautelares solicitadas por el letrado en enero de este año alegando que ya había una sentencia que tenía que ejecutarse y que, por lo tanto, ya no eran necesarias.
“Impotencia y frustración”
Aarón, la víctima de la salvaje agresión que estuvo a punto de costarle la vida y que le dejó graves secuelas, asegura a Crónica Global que fue “muy duro” enterarse por boca de su abogado de que Adaia podría haber huido del país. “Después de haber confiado en la justicia, de más de seis años de un proceso judicial muy traumático y de que se dictara una sentencia, es muy frustrante y desesperante ver que esto no se acaba”, denuncia. “Estoy muy cansado, esto es interminable”.
Sostiene que si hubiese sido él quien la hubiese agredido, ya estaría entre rejas y que, aun presentando evidentes señales de la agresión, el juicio fue para él un auténtico calvario: “Fue muy traumático para mí volver a verla, no quise responder a las preguntas de su abogado porque se dedicaron a decir de mí barbaridades terribles, aunque se demostró que yo no la agredí ni para defenderme”. Ahora que Adaia ya ha agotado todos los posibles recursos, Aarón asegura que “no entiende ni entenderá nunca” por qué la justicia ha esperado tanto para ejecutar la sentencia. “En teoría solo había que esperar y mira ahora… está en Tailandia”, lamenta. Sobre si cree que ha podido fugarse, expresa que ve a su ex “capaz de cualquier cosa”. Para muestra, esgrime, solo hace falta recordar el ataque en el que perdió parte de la lengua en 2016, del que no se conoce otro caso similar en España salvo uno en Canarias, aunque de menor gravedad.
Una agresión previa
La pesadilla de Aarón comenzó en realidad meses antes con “un episodio muy desagradable”. Tras conocerse por internet en el último trimestre de 2015, Adaia se mudó con él, primero a Reus y después a Vilanova i la Geltrú. A principios de 2016, cuando vivían en Reus, la víctima ya sufrió un ataque. En esa ocasión la joven le golpeó en la nariz. Una agresión por la que fue procesada y de la que salió absuelta. Tras este episodio la pareja retomó la relación y se trasladó a Vilanova hasta que el 26 de junio de 2016 Adaia López le seccionó la lengua a su novio de un mordisco.
“No debería haber retomado la relación”, se lamenta él seis años después del episodio que le marcó la vida. Sin embargo, tomó la decisión porque tras la agresión de Reus Adaia se disculpó y expresó que nunca había perdido los papeles de esa manera. La creyó porque no era una persona agresiva, “aunque sufría cambios de humor muy bruscos” y después supo que había estado en tratamiento psiquiátrico por un trastorno. La describe como una joven muy nerviosa e inquieta que enseguida se agobiaba frente a cualquier problema.
Sufre graves secuelas
Pese a que las versiones de ambos en la sala de vistas sobre lo que pasó ese día son completamente opuestas y la sentencia subraya que “el episodio no está lo suficientemente claro”, la balanza de la justicia se inclinó hacia el lado de Aarón, que en este caso de denuncias cruzadas salió absuelto de un delito de lesiones pese a la virulencia con la que lo acusó el abogado de Adaia. La víctima relató que fue un comentario sin importancia sobre la cena lo que motivó que ella montara en cólera, lanzando por los aires el arroz que estaba en el fuego. Después, abandonó el domicilio que compartían en un estado claro de ansiedad, por lo que la siguió para calmarla.
De regreso al piso que compartían, “intentó tranquilizarla porque seguía tirando cosas al suelo”, recoge la sentencia. Cuando aparentemente se había calmado, la abrazó y le dio un beso. En ese momento, ella le mordió la lengua, seccionándosela a la altura del frenillo, y la escupió al suelo. A raíz de estos hechos, él sufre graves secuelas. Además de un perjuicio estético, tiene problemas para percibir algunos sabores, para deglutir y para pronunciar algunos fonemas, con el especial hándicap que esto supone, dado que es licenciado en filología inglesa.
“Estuve tres meses sin hablar”
“Lo he pasado muy mal”, asegura Aarón al echar la vista atrás y recordar las semanas posteriores al ataque, en las que perdió el habla por completo. Durante los primeros tres meses, expresa, tenía que comunicarse escribiendo en una libreta porque no conocía la lengua de signos y no podía articular palabra. Después, empezó un largo tratamiento con su logopeda, con el que aprendió a hablar de nuevo.
“Como me falta la punta de la lengua perdí los puntos de contacto que utilizamos para pronunciar algunos fonemas”, explica. Por eso, tuvo que fortalecer el músculo y ganar movilidad para conseguir establecer nuevos puntos de apoyo mediante ejercicios muy específicos que a fecha de hoy sigue practicando. Además de esto, no puede distinguir los sabores dulces y salados y a la hora de relacionarse le ha provocado “una gran inseguridad”.
La inverosímil versión de ella
Ella, por su parte, declaró que tras regresar a casa después de una fuerte discusión, él la agarró por el cuello e intentó ahogarla. “Lo tenía todo borroso y solo veía la cara de rabia de él”, expresó en sede judicial. Según su versión, él quiso hacerle el boca a boca y le metió la lengua. En un acto involuntario de defensa, ella cerró la boca y le seccionó la lengua. Durante este forcejeo, declaró, él le produjo algunas lesiones.
Una versión que no convenció a los jueces, que en la sentencia reflejan que para segar el músculo “no solo se requiere de una fuerza mecánica de gran intensidad sino también de un movimiento de tracción”, es decir, que o bien ella tiró de la lengua con ímpetu o él se retiró bruscamente. Además, quedó acreditado que las “lesiones de mínima entidad” que ella presentaba en el hombro eran compatibles con que él la hubiera apartado y las que presentaba en su frenillo, con el piercing que llevaba cuando agredió a su novio.
El juez rechazó las cautelares
Por estos hechos Adaia López fue condenada a seis años de cárcel por la sección 20 de la Audiencia Provincial de Barcelona en mayo de 2021. Sin embargo, su abogado presentó un recurso de apelación a la Sala de apelaciones de la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), que fue desestimado y, contra esta sentencia presentó un recurso de casación ante el Tribunal Supremo, que fue inadmitido a trámite el 1 de diciembre de 2022. Desde entonces, y tras agotar todas las posibilidades de recurso, la sentencia es firme.
Después de que el último recurso cayera en la criba del Supremo, el caso regresó al TSJC, que a su vez lo remitió a la Sección 20, la sala sentenciadora, para que ejecutara la condena. Rey explica que dejó “un plazo prudente” para que el tribunal ejecutara la sentencia, pero en vista de que no lo hacía, el 12 de enero de 2023 presentó un escrito en el que se solicitaba una serie de medidas cautelares para asegurar que Adaia entraría en prisión: la obligación de comparecer diariamente en los tribunales, la prohibición de salir del país, la retirada de su pasaporte y el embargo de sus bienes para resarcir a la víctima. Sin embargo, el juez rechazó todas las medidas planteadas.
“Creemos que se ha fugado”
En una providencia del 7 de febrero de 2023, casi un año después de la emisión de la sentencia condenatoria contra Adaia, tanto el juez como la fiscalía rechazaron las cautelares argumentando que no están justificadas porque ya hay una sentencia firme que debe ejecutarse en sus propios términos. De no haberse ejecutado todavía, reza el documento, solicitan que se proceda a la mayor brevedad a la ejecución de la sentencia. “Un hecho que no se ha producido ni hay visos de ello”, avanza Rey.
“Las medidas cautelares no solo sirven para garantizar la celebración del juicio, sino que también van encaminadas a que se haga efectiva la sentencia”, denuncia el letrado. Tras hacer caso omiso a la advertencia, la condenada se encuentra de vacaciones en Bangkok desde antes de Carnaval. No se esconde. Aunque desde el 4 de febrero no comparte fotos en su cuenta de Instagram, donde acumula más de 10.000 seguidores, publica diariamente stories --se borran al pasar 24 horas-- que revelan que está en Tailandia, como ha podido comprobar este medio. “Creemos que se ha fugado al enterarse de nuestro escrito, porque se lo habrá notificado su abogado”, asevera el letrado.
“Quiero respirar tranquilo”
Ahora, Pepe Rey confirma que presentará un nuevo escrito en la Audiencia de Barcelona con las fotos de Tailandia para que solicite la ejecutoria, aunque parece demasiado tarde dado que existen signos evidentes de que Adaia ya ha hecho efectiva la fuga. “Simplemente quiero que se haga justicia", pide Aarón. "No sé si cobraré algún día la indemnización, pero al menos quiero respirar tranquilo”. “La vida me ha cambiado por completo”, añade. “Cada día para mí es un regalo. Doy gracias a mi vecino, que me salvó la vida, porque estuve a punto de morir ese día. Que la condena se ejecute para mí sería un desahogo”.