Los errores más típicos de la madre primeriza
La inseguridad y la falta de experiencia pueden llegar a convertir la primera maternidad en algo realmente estresante
21 febrero, 2023 00:00La llegada del primer hijo es uno de los momentos más importantes de la vida de una mujer. Sin libro de instrucciones y con todo un aprendizaje por delante en la crianza, evitar algunos errores típicos ayudará a las madres a vivir esta experiencia, tan dura como maravillosa, sin estrés ni ansiedad.
Protegerse de historias de parto tóxicas
“En cuanto tu entorno más cercano se entera de que estás embarazada, todo el mundo va a tratar de ayudarte con la mejor intención del mundo, aunque no se lo hayas pedido”, explica Aixa Laxmi, creadora del Método Laxmi para un parto sin miedo, más fácil y seguro. Sin embargo, continúa, parte de esa ayuda consistirá “en contarte las más truculentas historias de parto que hayan vivido o que les hayan contado”. El primer error que se suele cometer –considera Laxmi— es no protegerse de ese tipo de personas e historias tóxicas. “Es necesario que creen una burbuja de protección a su alrededor”, señala.
“La inseguridad y falta de experiencia debemos combatirla con información fiable, conocimiento de las diferentes opciones y reflexiones personales”, sostiene Belén Marinone, autora de Nace una mamá y babyplanner: “Así lograremos una maternidad más empoderada, donde nos sentiremos más seguras de nosotras mismas y de cada elección en nuestro camino hacia la maternidad”.
Preparación física para el parto
Otro de los errores más comunes ante la primera maternidad es no prepararse físicamente para el parto. “El dolor del parto es soportable, pero un parto puede prolongarse horas, e incluso días. ¿Subirías al Everest sin haberte entrenado ni un solo día, sin conocer las condiciones del terreno y el clima y sin un guía que conozca bien el camino? Sería una locura, ¿verdad?”, reflexiona Laxmi. “A menudo las mujeres vamos así al parto”, lamenta.
Si ir preparado físicamente al parto es fundamental, no lo es menos llevar por escrito tus ideas claras respecto a cómo quieres que se desarrolle el parto. Para ello, es esencial preparar el plan de parto, un documento jurídicamente vinculante en el que la madre expresa sus deseos sobre cómo quiere ser atendida en el alumbramiento. “Sin este documento, corres el riesgo de que se te apliquen protocolos rutinarios que no favorecen tu parto, de dejar las decisiones importantes sobre tu salud y la de tu bebé en manos de otras personas y de que aumente el riesgo de intervenciones innecesarias”, revela la creadora del método Laxmi. “Infórmate muy bien y toma decisiones conscientes”, aconseja.
El infravalorado papel del acompañante
Aunque no hay duda de que la que hace el trabajo en el parto es la madre, es un error infravalorar el papel del acompañante. “El acompañante puede dar ánimos en un momento de cansancio en el que flaqueen las fuerzas, vigilar que nadie perturbe la tranquilidad del parto, ayudar a la madre a tomar las mejores decisiones en caso de que haya que intervenir e incluso hacer piel con piel con el bebé, en caso de que la madre no pueda por algún motivo”, afirman desde Método Laxmi.
La importancia del transcurso del parto
Lo que ocurre en el parto y en la hora siguiente al nacimiento dejará una profunda huella psicológica en el bebé de por vida. La naturaleza, describe esta experta en preparación para el parto, ha previsto una serie de mecanismos de protección del cerebro del recién nacido a través de todo el flujo hormonal que ocurre durante el parto natural. “En partos intervenidos y medicalizados se interfiere con ese flujo hormonal y esto puede causar traumas, por lo que no tener en cuenta la experiencia del bebé en su propio nacimiento es un gran error”, advierte Aixa Laxmi, que también vivió una experiencia traumática en el nacimiento de Sara, su única hija.
Si bien el parto es importantísimo, lo que viene después es la verdadera aventura de la crianza. Por ello, Laxmi indica que un parto respetado y consciente será el primer paso para establecer una relación de apego seguro entre la madre y el bebé, para una lactancia materna satisfactoria y una protección de la salud física y psíquica del pequeño. Pero el duro posparto, con escasas horas de sueño cuidando de una criatura que solo se comunica mediante el llanto, con muchas dudas y con mucha soledad, hace necesario buscar ayuda. “No lo pases sola y recuerda que hace falta toda una tribu para criar un ser humano”, concluye.