La apertura de un almacén que albergará toda la droga decomisada por la policía autonómica en un sótano de una comisaría de Mossos d’Esquadra del distrito de Nou Barris de Barcelona ha generado preocupación entre la plantilla. Lo señalan fuentes conocedoras del caso, que han confirmado a este medio que existe un cierto malestar entre los agentes dado que, aunque sabían que la comisaría albergaría el búnker, desconocen por el momento quién se encargará de custodiarlo. En caso de que finalmente recaiga sobre los efectivos de la comisaría, como señaló el sindicato SAP-Fepol a este medio, advierten de que “lo sufrirán los ciudadanos”.
Las mismas voces aseguran que hasta hace un año la situación con respecto al número de agentes en la comisaría era “crítica”, llegando a contar la noche de Reyes de 2022 con tan solo dos patrullas, lo que se tradujo en seis agentes para todo el distrito. Teniendo en cuenta que Nou Barris era el distrito con más incidentes por ratio de policías, hace unos meses se reforzó el personal en la comisaría. Aun así las voces consultadas aseguran que están en cuadro, una situación general en otras dependencias de Mossos d’Esquadra.
Reducción de patrullas
La preocupación reside en la falta de personal y de seguridad en la comisaría. Por un lado, alertan de que si finalmente la vigilancia del búnker recae sobre los agentes tendrán que reducir patrullas en la calle, lo que supondrá un perjuicio para los mossos que estén en la vía pública, que contarán con menos efectivos, pero también para los ciudadanos. Además avanzan que se tendrán que movilizar otros recursos como la Guardia Urbana de Barcelona (GUB).
Por otro lado, las fuentes consultadas constatan la falta de seguridad en esta comisaría, que cuenta con un gran perímetro. Aunque las obras ya han terminado, la única medida que se ha tomado por el momento ha sido la instalación de códigos de seguridad en las puertas. Una medida, según las mismas voces, a todas luces insuficiente, dado que la valla que cerca la comisaría en la que estará el búnker no es lo bastante alta y el edificio no cuenta con cristales blindados. Prevén que si hay un asalto, la persona encargada de la vigilancia perimetral no podrá repelerlo a no ser que se refuerce la plantilla. Asimismo, lamentan que la localización se haya hecho pública. “Debería haber sido secreto, sin haberle dado este bombo”, lamentan las mismas voces.
Desbordados por la falta de efectivos
Denuncian que a no ser que el Departamento de Interior tome medidas antes de su inminente apertura, los ciudadanos “sufrirán las consecuencias”. Aseguran que en la actualidad ya hay días en los que los agentes están desbordados por la falta de efectivos, destinados como refuerzo a otros lugares. Insisten en que, por lo general, faltan agentes para enfrentarse a los tres principales delitos en el distrito: las okupaciones, la violencia de género y los robos con violencia y peleas en la vía pública.
Además de la atención a los ciudadanos les preocupa también su propia seguridad. “Haberlo hecho público les convierte en un blanco” para las mafias. A esto se suma la inquietud sobre las medidas sanitarias que se adoptarán para proteger su salud. Advierten de que si cuando se realiza una pequeña incautación de marihuana “el olor es brutal” en la comisaría, “no será agradable trabajar todo el día en esas circunstancias”. Por eso, esperan que en caso de tener que custodiarlo, los agentes puedan hacer relevos cada pocas horas.
Una cuestión de espacio
Sugieren que el motivo por el cual se ha elegido esta comisaría y no otra es simplemente por una cuestión de “espacio”, pero no porque esté mejor dotada de las medidas de seguridad que requiere este tipo de instalación. Explican que antes de que los Mossos d’Esquadra se desplegaran en Cataluña, el edificio albergaba la comisaría de la Policía Nacional. “Es muy grande, aunque otras por seguridad están mejor que esta”.
Cuando la policía autonómica echó a andar, el espacio quedó dividido en dos comisarías: una de Mossos d’Esquadra y otra de la Policía Nacional. Hasta ahora los sótanos estaban destinados a la custodia de los detenidos, pero desde la creación del Área de Custodia en la comisaría de Les Corts este espacio quedó vacío. Por eso, desde Interior decidieron aprovecharlo para centralizar toda la droga decomisada.
Interior se compromete a blindarla
Por su parte, desde la Consejería de Interior de la Generalitat de Cataluña aseguran que el equipamiento, que empezará a funcionar "dentro de poco", contará con medidas de seguridad suficientes. Una vez esté en marcha, aseguran, “se realizarán intervenciones del nivel que requieren este tipo de equipamientos”. Sobre la posibilidad de que la ubicación se haya filtrado, reconocen que "comprometería" la seguridad del almacén, por eso prefieren referirse "a un lugar indeterminado". "La ubicación de nosotros no saldrá nunca, nunca diremos dónde está el búnker", aseguran ajenos a la filtración y sin entrar en detalles de la futura gestión.