La vuelta de las elecciones a la Federación Catalana de Fútbol (FCF) ha tensionado más que nunca una de las mayores entidades de la sociedad civil en la comunidad. En vez de un debate sereno, la campaña ha estado marcada por los navajazos entre candidatos rupturistas y continuistas que han aireado sus diferencias de forma bronca.
Sea como sea, las urnas vuelven a ponerse después de que el Tribunal Catalán del Deporte anulase hace un mes las pasadas elecciones, celebradas en mayo de 2022 y que revalidaron en la presidencia a Joan Soteras. El motivo: la detección de 175 votos nulos por distintos motivos.
Elecciones anuladas
Pese a que la junta de la FCF solicitó medidas cautelares para impedir la repetición electoral, los tribunales desestimaron las alegaciones de la entidad. Finalmente, el actual presidente dimitió para cumplir con el mandato judicial, aunque no guardó silencio.
Soteras consideró que se había producido una "cacicada" orquestada por Àlex Talavera y Juanjo Isern, dos de sus rivales --el cuarto en liza fue Pep Palacios--. Un preludio del tono bronco que ha marcado el arranque de año en el balompié catalán y que también ha tenido eco en las palabras que Talavera e Isern han dedicado a Soteras, aunque los dos anteriores también se han enzarzado entre ellos.
Votación en día laborable
La votación se llevará a cabo este lunes, 13 de febrero, en las 14 delegaciones territoriales de la FCF. Pero la celebración de los comicios en día laborable también ha generado conflicto entre los aspirantes.
En declaraciones a este medio, el expresidente del CE Sabadell ha defendido la elección de la fecha --"si se hubiera avanzado al domingo coincidiría con la celebración de muchos partidos"--, mientras que Isern ha lamentado que se vote en lunes porque “se dificultará la participación de los clubs". Si bien ambos coinciden en que lo más seguro es que caiga la afluencia a las urnas.
Talavera, fuera de juego
En estas y otras disputas quien ha quedado fuera de juego ha sido Talavera, el impulsor del recurso ante el Tribunal Catalán del Deporte y cuya candidatura, Els clubs primer, fue tumbada a principios de febrero por la junta electoral.
Este traspié ha reducido la contienda a un duelo entre Isern y Soteras. Mientras el primero se presenta como un renovador que viene a limpiar la institución, el segundo defiende el trabajo hecho hasta ahora y respaldado por la masa social, si bien rechaza la etiqueta de continuista.
Isern habla de "trato dictatorial"
En conversación con este medio, el exdirector del Servicio Catalán de Tráfico y dos veces vicepresidente de la FCF ha propuesto más protección para los presidentes de los clubs, mejorar la retribución de los árbitros y ha cargado contra el "trato dictatorial" del actual presidente.
Asimismo, se ha defendido de las acusaciones sobre el carácter independentista de su lista, que cuenta entre sus integrantes con Joana Ortega, exvicepresidenta del Govern durante la etapa del convergente Artur Mas. "Mi candidatura no es independentista ni política, es una candidatura para el fútbol y para el deporte", ha zanjado.
Pelea entre los críticos
Respecto a sus encontronazos con Talavera, ha desmentido que se hubiera pactado una fusión entre ambos proyectos, sino solo un "convenio de colaboración de futuro" dada la similitud entre ambas propuestas.
Sin embargo, la suspensión de Talavera se debe directamente a la incorporación de 10 de sus miembros en la lista de Isern, lo que dejó al primero sin suficientes integrantes para concurrir, según la junta electoral. Se espera que Isern rentabilice los votos que hubiese cosechado el otro opositor crítico, según las fuentes consultadas. Por otra parte, la opción de Palacios no se estima que tenga demasiada fuerza en las urnas.
Los clubs, en crisis
Por su parte, Soteras ha defendido las medidas desplegadas por su equipo: el nuevo plan de competición, la puesta en marcha de la superliga catalana, la promoción del deporte femenino --"somos la federación territorial en España que tiene más licencias"-- o el convenio de colaboración con los Mossos para intentar frenar la violencia en los estadios. "No tengo ninguna duda de que ganaré", ha resumido.
Hay todavía otro invitado a las urnas: la difícil coyuntura económica que están atravesando los más de 1.200 clubs catalanes y los cerca de 180.000 jugadores federados en la región. Tanto Soteras como Isern son conscientes de que tras la jornada electoral tocará arremangarse para salvar el tejido asociativo golpeado primero por el Covid y luego por la escalada inflacionaria. Este lunes se vuelve a jugar.