Los patinetes eléctricos ya no pueden entrar en el transporte público de Barcelona. Es la nueva norma que entra en vigor, adoptada por el consejo de administración de la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) a raíz de varias incidencias en los vagones de los Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña (FGC).
Esta restricción estará vigente durante seis meses mientras se elabora una normativa que regule el uso de este vehículo. Concretamente, estará prohibido en Rodalies, buses interurbanos y metropolitanos, FGC, metro y tranvía. La prohibición también se adopta en el transporte público de Tarragona, Lleida y Girona, pero con excepciones: no afecta al trasporte escolar.
Un veto temporal: hasta julio de 2023
El veto durará hasta el 31 de julio de 2023, cuando se prevé que esté lista una propuesta de regulación definitiva que garantice la seguridad de los usuarios de transporte público. Así, la ATM afirma que la medida busca evitar incidentes mientras se regula el acceso y seguridad de los patinetes eléctricos y otros vehículos de movilidad personal.
Mientras, el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) ya ha anunciado la adaptación de los Bicibox para los patinetes eléctricos y se promocionará que los aparcamientos de enlace ofrezcan esta prestación. Además, se impulsará la habilitación de plazas de aparcamiento de patinetes en las estaciones ferroviarias e intercambiadores de autobús.
Multas de 200 euros
Desde ATM, han detallado que las denuncias por incumplimiento de la prohibición de transportar patinetes y monociclos eléctricos en los vehículos e instalaciones comportarán una sanción de 200 euros. Sin embargo, durante los primeros días se priorizará la información.
Cualquier compañía podrá sancionar, a través de sus interventores, a aquellos usuarios que decidan saltarse las normas y acceder al transporte público con sus vehículos de movilidad personal.