Una empresa de transporte público se está planteando impulsar su flota de autobuses con un gas renovable procedente de purines de cerdos y estiércol de Alcarràs (Lleida).
Varios ganaderos de la localidad, que impulsan una planta de biogás, han iniciado contactos con la empresa interesada para tirar adelante un proyecto que, aunque cuenta con el respaldo de la UE, a traves una subvención de 400.000 euros, que cubre parte de la inversión necesaria, que en total asciende a 2,5 millones. Sin embargo, tiene un plazo muy corto para ponerlo en marcha, de solo nueve meses.
Proceso en dos fases
Así lo ha avanzado este sábado Segre, que explica que la empresa de transporte público opera en España y Francia, quiere usar este combustible en su flota de vehículos. Para ello está en contacto con Alcarràs Bioproductors, una empresa que reúne a decenas de ganaderos e impulsa una planta de biogás en este municipio del Segrià. Miquel Serra, ganadero y socio, expuso el proyecto la semana pasada en Les Borges, donde explicó que el primer objetivo será obtener biogás de purín y estiércol y usarlo como combustible para generar electricidad y venderla.
Según Serra, la parte sólida de las deyecciones, se compostará en la planta de Alcarràs para usarla como abono y parte de la líquida concentrará sulfato amónico para venderlo como fertilizante, mientras que el resto se usará como agua de riego. En una segunda etapa, se prevé depurar el biogás para obtener biometano, cuyo poder calorífico es equiparable al del gas fósil, apto para impulsar vehículos adaptados a este combustible.
Abaratar costes
El objetivo de los ganaderos con este proyecto, cuenta el citado medio, es eliminar los costes de tratamiento de las deyecciones de sus granjas. “No esperamos ganar dinero con el gas renovable, sino reducir los costes de las explotaciones ganaderas”,
Además, recalcó Serra, transportar en cubas los purines de una granja de mil madres para aplicarlo como fertilizante en fincas cuesta entre 18.000 y 20.000 euros al año. Con todo, Bioproductors d’Alcarràs tramita un plan urbanístico para permitir la planta de biogás y si su aprobación se demora, podría incumplirse el plazo de la subvención, por lo que los promotores tienen intención de pedir una prórroga.