El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha confirmado la sentencia de la Audiencia de Barcelona que, en diciembre de 2021, condenó a un subinspector de Mossos d'Esquadra de la comisaría de Granollers (Barcelona) a seis meses de cárcel por acoso laboral a una agente.

La sentencia también ratifica que el condenado deberá indemnizar a la víctima con 149.618 euros por unos hechos que empezaron en septiembre de 2013, cuando la agente se reincorporó tras una baja de maternidad y pidió una reducción de jornada que le fue concedida. Tras ello, su superior decidió apartarla de la Unidad de Policía Científica y la destinó a funciones administrativas en el grupo de análisis y apoyo de dicha unidad.

La sentencia alegó que con esta decisión el condenado quiso mostrar "su descontento o contrariedad por la reducción de jornada", a la que la mossa tenía derecho para el cuidado de su hijo lactante.

Relegada y en otro despacho

Ya en abril de 2015, a raíz de unas discrepancias sobre cómo poner el mobiliario de la oficina de la Unidad de Investigación, el subinspector trasladó a la agente, como "represalia", y a otro compañero suyo a la planta 0, ubicándola en el despacho de la Oficina de Atención al Ciudadano (OAC), donde permaneció hasta el momento de su baja laboral, en octubre de 2015, mientras el resto de su unidad permanecía en la planta 2 del edificio de la comisaría.



En su nueva ubicación, la agente no tenía teléfono, sólo le asignaban funciones administrativas --no policiales-- y su superior "no le avisaba de las reuniones que se celebraban en su unidad ni le impartía directamente órdenes o instrucciones sino que lo hacía a través de sus compañeros, diciéndole que no servía como policía, que valía la mitad que el resto de sus compañeros y que únicamente valía como administrativa".

Expresiones vejatorias

Posteriormente, en una reunión el subinspector, "con ánimo de vejar y degradar" a la agente, "le profirió expresiones tales como 'tú lo que tienes que hacer es operarte las tetas', 'qué pasa, ¿tienes un hijo mío y no lo sé?', '¿es que tienes la regla?', 'vete a la peluquería, ponte guapa y empieza a espabilarte un poquito', 'estás súper sexy, me encanta ver a una mujer llorar, así demuestras que tienes sentimientos", mientras ella lloraba. Tras ello, la agente sufrió un episodio de ansiedad, se desmayó y se cayó al suelo golpeándose la cabeza, por lo que tuvo que ser atendida en un hospital.

En esta situación, y por todas estas razones, la mossa tuvo que pedir la baja. Cuando llevaba cuatro meses sin trabajar por prescripción médica, el subinspector fue a la clínica que la trataba y pidió información sobre las visitas que había hecho antes de estar de baja. Luego, facilitó a sus superiores los datos que recabó sobre los días que fue atendida en la clínica.