Quedan menos de diez días para que los docentes de Ustec salgan a la calle en una nueva jornada de huelga contra el conseller de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray. Tras varias reuniones, sindicatos y Departamento no han llegado a un acuerdo, pero Cambray confía en hacerlo en los próximos días. Y es que considera que un paro a estas alturas no sería lo más adecuado para los alumnos. "No es el momento de huelgas. Estamos sentando las bases para ver cómo queremos que sea la educación en 2030", ha expresado en una entrevista en El Matí de Catalunya Ràdio, en la que ha evitado hacer autocrítica.
En este sentido, el consejero ha asegurado que desde la Conselleria hacen "una propuesta detrás de otra" para solucionar el conflicto laboral que lleva enquistado desde hace meses. Cabe recordar que el acuerdo alcanzado entre ambas partes el pasado septiembre --en el que pactaron desconvocar las huelgas a cambio de devolver la hora lectiva-- no ha sido suficiente para contentar a los sindicatos.
El curso comenzará antes
Aun así, Cambray ha defendido las "transformaciones" que ha llevado a cabo y que han sido muy polémicas. Entre ellas, el avance del calendario escolar que fue la gota que colmó el vaso y que lanzó a las calles a cientos de profesores. Pero lejos de rectificar, el consejero ha confirmado que el próximo curso 2023/24 también comenzará antes: "Estos cambios son imprescindibles para el sistema educativo", ha agregado.
Aunque no ha concretado fechas ni otros detalles, desde el Departamento se plantean hacer coincidir el inicio de curso de escuelas e institutos e intentar que las tardes de septiembre tengan un carácter más pedagógico. "Esos son los ajustes que decidiremos juntos", ha espetado.
Críticas al TSJC
Por otro lado, el consejero ha insistido en impulsar el catalán desde las aulas y ha vuelto a apelar a los docentes: "Los proyectos lingüísticos se tienen que cumplir. Un profesor no elige en qué lengua hace la clase", ha advertido. Asimismo, ha cargado contra el último auto del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que da la razón a la Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB) para que un centro escolar de Barcelona imparta más de una asignatura en castellano a un alumno.
Ello supone un nuevo mazazo judicial, en suma, contra la inmersión monolingüe obligatoria en catalán impuesta por el Govern, y también contra las recientes argucias legales del Ejecutivo autonómico para burlar el mínimo legal de 25% de clases en castellano. Para el conseller, la decisión del TSJC es "aberrante y sorprendente" y asegura que la Generalitat "presentará los recursos que haga falta para defender la escuela catalana.