Ciberataque contra el obispado de Girona: "Fotografía la tarjeta. Bendiciones"

El Obispado de Girona ha sufrido un ciberataque. Varios de sus empleados manifestaron haber recibido emails fraudulentos en los que los cibercriminales se hacían pasar por el administrador diocesano de Girona Lluís Suñer y en los que se les solicitaban que compraran y fotografiaran unas tarjetas de Itunes-Apple.

Los correos fueron enviados el lunes 9 de enero desde las direcciones electrónicas reverendoffc@gmail.com y ministeruffi@aol.com, que no se corresponden con la dirección de correo electrónico real que maneja Suñer, según ha avanzado TV3.

Pedía que compraran una tarjeta

En el primer correo que recibieron los trabajadores de la diócesis y otras personas ajenas a la misma se solicitaba a las potenciales víctimas que respondieran al email, simulando ser Lluís Suñer. Una vez se hacía, los afectados recibían una propuesta para comprar tarjetas de iTunes-Apple y se les solicitaba que escanearan un código y enviaran una fotografía de la misma al mismo correo electrónico.

"Esto es lo que quiero que hagas por mí: estoy trabajando en incentivos y tenía como objetivo sorprender a algunos de nuestros diligentes empleados de toda la diócesis con vales. Quiero gestionarlo personalmente y tendría que mantenerse confidencial hasta que todos tengan los vales, ya que es una sorpresa. Necesito que obtengáis 20 cantidades de vale de iTunes/Apple de 100 euros por cada uno (total 2.000 euros)", rezaba el segundo email. “Ralla la parte posterior para revelar los códigos del vale y haz una foto clara de cada tarjeta y envíame cada imagen por separado aquí. ¿Puedes ayudar con esto? Bendiciones".

Otro caso en Huesca

Al tener conocimiento de lo que estaba sucediendo el Obispado envió dos correos durante la tarde del lunes alertando de que los emails que estaban recibiendo eran falsos y que no contestaran.

En declaraciones del Obispado de Girona a Europa Press aseguran no tener conocimiento de hechos similares en otras diócesis de Cataluña, si bien hace unos meses sucedió algo similar en la de Barbarstro, en Huesca.