Los accidentes con víctimas graves y mortales han disminuido un 8,7% en las carreteras catalanas en los últimos tres años. Así lo ha indicado la nueva edición del informe EuroRAP, elaborado por el Real Automóvil Club de Cataluña (RACC), que tiene como objetivo analizar y evaluar la accidentalidad en la red viaria catalana.
El estudio ha tenido en cuenta los datos de los años 2019, 2020 y 2021, y en ellos se pueden ver reflejados los efectos de las restricciones provocadas por la pandemia, por lo que el presidente de la entidad, Josep Mateu, ha recalcado que todavía “queda mucho trabajo por hacer” en materia de movilidad.
Las carreteras más peligrosas
El tramo de carretera con más riesgo de accidente mortal sigue siendo el que va de Barcelona a Sant Cugat del Vallès en la BP-1417, con una media anual de 5,7 accidentes con muertos y heridos graves. Le siguen el que va de Sils a Massanes en la GI-555 (Girona), con 3,3, y el que va de Martorelles a Vilanova del Vallès en la BV-5001, con una media de 2,3. Por otra parte, el tramo con mayor concentración de accidentes de vehículos pesados vuelve a ser la A-2 entre el enlace con la AP-2 y el enlace con la B-20.
Cinco de los 10 tramos más peligrosos están situados en la provincia de Barcelona, tres se encuentran en Girona y dos en Tarragona. Las carreteras convencionales acumulan casi la totalidad de los tramos de riesgo "alto" y "muy alto", mientras que las menos peligrosas son las carreteras desdobladas (autopistas y autovías), tal como lo ha señalado Cristian Bardají, director del Área de Movilidad del RACC, en una rueda de prensa celebrada este lunes.
Motos y ciclomotores
Como mínimo una moto o un ciclomotor ha estado involucrado en el 45% de los accidentes de tránsito con víctimas mortales y heridos graves. Se trata de un dato revelador, dado que este tipo de movilidad ha representado únicamente un 2,3% de la global en la comunidad autónoma. El tramo más afectado por esta clase de accidentes ha sido el que va del Nus de la Trinitat a los enlaces con la B-20, la A-2 y la C-32 en la B-10.
El presidente delegado del Área de Infraestructuras Viarias y Movilidad de la Diputación de Barcelona, Pere Pons, ha manifestado que uno de los asuntos que más preocupan a la institución en la actualidad es el del acondicionamiento de carreteras y la creación de nuevas protecciones para los vehículos de dos ruedas.
Los tramos más seguros
Por otro lado, el tramo con el menor riesgo de accidente en toda Cataluña ha sido el de la C-16 entre Navàs y Gironella. Le siguen la N-II entre el inicio y el final de la variante de Figueres y la B-140 entre Sabadell y Mollet del Vallès.
Según el EuroRAP, un 9,5% de la red catalana tiene un riesgo igual a cero. Este porcentaje supone 608 kilómetros de carretera de los 6.373 analizados (donde transcurre el 92% de toda la movilidad del territorio).
Previsiones para 2022
El RACC estima que los datos del año 2022 serán parecidos a los de 2021 y mejores que los de 2019. Uno de los factores más importantes para ello es el fin de los peajes en buena parte de la red de autopistas catalana, que ha supuesto una redistribución del tránsito.
Hasta el 30 de noviembre, en las carreteras de Cataluña han fallecido 149 personas en 134 accidentes de tránsito, lo que ya se traduce como un 10,8% menos que en el mismo periodo del año 2019. Un 44% de estas víctimas pertenecen a colectivos vulnerables: 40 motoristas, 17 peatones, siete ciclistas y un usuario de VMP. El secretario general de Infraestructuras del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA), Xavier Flores, ha declarado que para erradicar este tipo de sucesos "las soluciones del pasado no pueden ser las del presente o el futuro".