El apuñalamiento de dos miembros de Casuals la madrugada del domingo en la discoteca Pachá Barcelona pone de manifiesto el regreso de la banda más temida de Cataluña, desarticulada en 2009. Aunque el hecho ha salido a la luz a raíz de encontronazo en la disco del Frente Marítimo, la realidad es que hace meses que la facción violenta de Boixos Nois está activa en clubes de ocio nocturno de la Ciudad Condal y zona de influencia.
Los Casuals han conseguido hacerse un hueco en el mundo de la noche y han recuperado el control de las puertas de salas del Front Marítim, además de alguna de la zona del Garraf. Se les sitúa en Pachá, pero también en CDLC, en La Daurada de Vilanova i la Geltrú (Barcelona) y hasta en elRow, algo que la multinacional fiestera de la familia Arnau niega, pero que fuentes del sector señalan tras los problemas de seguridad en esta sala de Viladecans que avanzó este medio.
Primero, Café del Mar; luego otras
Lo han hecho utilizando su clásico modus operandi, atemorizando a porteros de discotecas y extorsionando a las empresas del ocio nocturno, como ya hacían en 2008, para hacerse con el control de la venta de droga en el interior.
Como avanzó Crónica Global, ya operaron así para irrumpir en una de las fiestas del malogrado Café del Mar Barcelona, la Ministry of Sound. Y ahora tienen presencia estable en otros locales. Lo relata una víctima directa, que a preguntas de Crónica Global en una cita en una cafetería de una localidad del área metropolitana, entre las máximas medidas de seguridad, asegura que tanto él como sus compañeros llevan semanas viviendo en la clandestinidad. “Me exigen el pago de 33.000 euros”, expresa.
Extorsiones y palizas a porteros
El calvario comenzó para este vigilante hace unos meses, cuando los Casuals se presentaron en una sala de Poblenou y extorsionaron al dueño de la empresa de seguridad. “La versión de Casuals es que se han asociado con la empresa, pero sabemos que lo que hacen es extorsionar al dueño”, aclara. A partir de ahí la banda exigió a los porteros el pago de elevadas sumas de dinero a cambio de permanecer en la discoteca.
Las amenazas de Casuals provocaron el éxodo de los trabajadores de seguridad de la discoteca, pero no el cese de las presiones. “Me llamaron por teléfono diciendo: O vienes o vamos a por ti’”. Después de reunirse con varios de los veteranos y de los cachorros en un lugar céntrico de la Ciudad Condal, los discípulos de Ricardo Mateo le dieron 24 horas para abonar la suma de 33.000 euros. Desde ese momento, permanece escondido.
"¿Cómo combatimos esto?"
"Tengo dudas sobre si pagar", anuncia. Sin embargo, es consciente de lo que podría pasar si no lo hace. “A uno le pegaron una paliza, otro huyó con su primo de Cataluña y el resto vivimos escondidos”. En el mundo de la noche, expresa, por todos es sabido que cuando los Casuals hincan el diente, no hay una solución ideal para enmendarlo.
"Sé que en su día mataron a un testigo protegido [en referencia al óbito sospechoso del boxeador Juan Selma en Mataró]. Esto es tremendo, no hay herramientas para combatirlo", lamenta.
Impera la omertá
El vigilante manifiesta que sabía que esto les había sucedido a otros compañeros dedicados a la seguridad en locales del Port Olímpic en los últimos años, pero que nunca pensó que él mismo se convertiría en una víctima de los Casuals. Después de consultar con un abogado penalista descarta presentar una denuncia.
“Si no puedo denunciar de forma anónima, tendré una marca de por vida. Aunque un juez decrete una orden de alejamiento o de protección, no tendré una patrulla detrás. Se acercará otro miembro de la facción o sus cachorros y me darán una paliza”. De hecho, desde el ocio nocturno recuerdan que en las primeras tropelías de los Casuals en los 2000 era conocido su uso de navajas. "Eran cobardes que te apuñalaban por la espalda".
El abogado: "Paga"
Atado de pies y manos, asegura que el propio abogado llegó a aconsejarle ceder a la extorsión. "Les dije que no lo haría, que no pagaría, y me contestaron. ¿Qué coño estás diciendo?”. Como él, por el momento, todos los afectados descartan ponerlo en conocimiento de las autoridades. En la noche barcelonesa, como en otros sectores donde han irrumpido los nuevos Casuals, como las desokupaciones, como ya sucedió en el pasado, impera la omertá.
Al menos hasta la fecha: el apuñalamiento de dos Casuals cuando hacían la puerta en Pachá Barcelona ha hecho saltar todas las alarmas, después de que los Mossos d'Esquadra dieran por desarticulada a la peligrosa banda ligada a Boixos en 2009. La relación entre los secuaces de Ricardo Mateo, el que dirigió con mano de hierro al grupo criminal, y la policía viene de atrás. Supieron de su existencia en 2003, después de perpetrar dos secuestros de película a narcos para quedarse con su mercancía.
De los 'vuelcos' a la extorsión
Los vuelcos, como se conoce al robo de droga entre narcos en el mundo del hampa, fue su primer negocio. En su segunda etapa se especializaron en la extorsión a empresarios de la noche catalana para conseguir el control de la seguridad de las salas. De ese modo, además de embolsarse una jugosa suma de dinero, podían controlar la venta droga en el interior, un business que parecen haber retomado.
Con gran discreción, eso sí, pues nadie en el mundo del ocio nocturno quiere hablar sobre ello. Lo evitan y pasan por el aro. No en vano, en el macrojuicio de los primeros Casuals en 2013 los que declararon como testigos protegidos alertan de una "auténtica pesadilla", pues la juez les hizo verter testimonio sin mamparas, lo que dio pie a insultos y amenazas. Algunos se llegaron a poner escolta. Pese a todo y tras aquel macroprocedimiento, Mossos, Fiscalía y judicatura les dieron por desarticulados. Hasta ahora.