Las trabajadoras de la atención domiciliaria --la mayoría son mujeres-- son las encargadas de atender a ciudadanos que, por razón de edad, dependencia o discapacidad, tienen limitada la autonomía para realizar las actividades básicas de la vida diaria. Se ocupan de la higiene personal de los usuarios, de levantarles de la cama, les dan de comer, controlan su medicación y los acompañan si tienen que salir de casa.
Este servicio, indispensable para los más de 24.000 ciudadanos que se encuentran en esta situación de vulnerabilidad, lo llevan a cabo 4.000 trabajadoras en la ciudad de Barcelona. Todo ello, con sueldos que no alcanzan los 1.000 euros mensuales, jornadas a tiempo parcial, turnos no definidos, bolsa de horas y contratos temporales. "Es una situación de precariedad alarmante", denuncian los sindicatos del sector.
En manos de empresas privadas
El Servicio de Atención Domiciliaria (SAD) en Barcelona, que depende de la Generalitat y se presta a través del ayuntamiento, suele externalizarse a empresas. "Somos un servicio público en manos de empresas privadas. Cada cuatro años sale a concurso y ganan aquellas compañías que ofrecen el servicio a un coste más bajo".
Con los años "se van precarizando más las condiciones laborales porque cada empresa añade nuevos recortes, empezando por el sueldo de los trabajadores", denuncia el sindicato CGT, uno de los principales en el sector. Así, aseguran sentirse "esclavizadas" por las empresas Suara y DomusVi, las actuales adjudicatarias del servicio.
500 euros al mes
"No hay jornadas completas, solo parciales. Hay trabajadoras con hijos a los que mantener que se ven obligadas a acudir a las oenegés en busca de alimentos", explican. Y es que muchas de estas profesionales pueden llegar a trabajar 20 o 30 horas semanales, lo que limita su sueldo a unos 500 o 700 euros al mes, aseguran fuentes sindicales: "Esto no nos llega ni para pagar el alquiler".
También denuncian estar sometidas a una bolsa de horas. Es decir, que si una trabajadora no puede prestar un servicio a domicilio, debe recuperar esas horas en su tiempo libre, fuera de su jornada de trabajo, "dejando atrás su vida y conciliación familiar", lamentan.
A la huelga
Por primera vez en Barcelona, los principales sindicatos de la atención domiciliaria, CGT y CO.BAS, han iniciado este lunes la primera jornada de huelga que se alargará los días 7 y 9 de diciembre, para exigir un aumento salarial, jornadas de 35 horas semanales, turnos definidos, la eliminación de la bolsa de horas, un plus de antigüedad o un salario completo por bajas de incapacidad temporal, entre otras demandas.
Así, reclaman la elaboración de un convenio específico para Barcelona --el actual se aplica a toda la comunidad autónoma-- ya que tiene un coste de vida mucho mayor que el resto de poblaciones. "Si no nos cuidan a nosotras, ¿cómo podemos cuidar de los demás?", concluyen.