Detrás de la imagen de youtuber (si esa palabra sigue significando algo en pleno 2022) de la quinta de Elrubius o Auronplay que puede seguir proyectando Jordi Wild a la televisión y a la prensa se esconde el podcaster número 1 de España, autor del espacio The Wild Project. El que empezó hace nueve años con un canal mucho más generalista y blanco con El Rincón de Giorgio es ahora el anfitrión de uno de los programas de entrevistas más vistos y escuchados en internet, y no son pocas las figuras del mundo de la cultura, el entretenimiento o el deporte que se han sentado ante él.
Arturo Pérez-Reverte, Iker Jiménez, Josep Pedrerol, Oriol Junqueras o Andrés Iniesta son solo algunas de las personalidades que se han puesto en manos de Wild para entablar conversaciones extensas (en su mayoría de entre dos y tres horas) que recuerdan a un formato mucho más radiofónico clásico que a lo que uno consideraría un contenido de masas para la generación Z.
Un Joe Rogan “a la española”
Cada una de estas entrevistas semanales amasa millones de escuchas y los pocos filtros de su propuesta (no tiene reparo en hablar de temas delicados en los ámbitos de la política o la actualidad) generan a Wild numerosas (aunque breves) polémicas en redes sociales. Todo ello le convierte en una especie de Joe Rogan “a la española”.
El creador de contenido se ha sentado con Crónica Global para hablar sobre la dificultad de innovar con éxito en los nuevos formatos de internet, la corrección política o su último libro, Así es la puta vida.
--Pregunta: Siempre dices que ser bueno y trabajar mucho no te garantiza triunfar. La idea del “persigue tus sueños”, muy candente en la era de YouTube e Instagram, es una que criticas duramente en tu obra 'Así es la puta vida'.
Respuesta: Sí, ese título tan duro hace referencia a que a veces haciéndolo todo bien y cumpliendo todos los requisitos fracasas. De hecho, es mucho más sencillo fracasar que triunfar, todos tenemos más fracasos en nuestra mochila que éxitos. Y así es vivir, es una lucha. Para estar sanos, para ser atractivos, para que nos vaya bien laboralmente. Pero hay gente increíblemente talentosa que va a acabar su vida sin haber triunfado. A veces lo que se te da bien no es lo que necesita el mundo en este momento.
--¿Tú hubieras dicho en 2013 que el contenido que te haría triunfar en internet sería un programa de entrevistas de tres horas?
No, pero creo que todos somos víctimas del contexto. Ni siquiera Rubius o Mangel hacen hoy el contenido que hacían por aquel entonces. Nos hemos quitado la tontería porque nos hemos hecho mayores. Hemos cambiado: estamos todos en la treintena ya. Te diría que The Wild Project me ha dado la fama mainstream, ha hecho que me conozcan personas que no son del mundo de YouTube. Es posible que un chaval de 15 años piense “¿quién es ese tio?” cuando entrevisto a gente como David Jiménez, pero ese tipo de contenido seguramente atraiga a un perfil más interesado en la política o el periodismo.
--También haces que sea recíproco, ¿no? Que chavales de 15 años se puedan interesar, por ejemplo, por la obra de Reverte o incluso el Coto Matamoros de Crónicas Marcianas.
Exactamente, y creo que eso es bonito.
--A veces te has metido en 'problemas' por hablar de ciertos temas en las entrevistas o las tertulias que organizas. Parece que todavía es tabú que los youtubers hablen de política.
No creo que sea solamente cosa de los youtubers. Cada vez hay un miedo más atroz a hablar. Parece que hay temas prohibidísimos que te van a meter en un lío hagas lo que hagas. Política, colectivos minoritarios, problemas raciales.... Digas lo que digas te van a machacar tanto desde la izquierda como desde la derecha. Estás jodido, y mucha gente prefiere no decir nada. Pero no me gusta ser así, aunque a veces me equivoque.
--¿Te refieres a la cultura de la cancelación en redes sociales?
Sí. Existe un miedo a perder oportunidades, pero te digo una cosa: estas cancelaciones duran un día y medio. A partir de ahí no se acuerda nadie. Todo es demasiado inmediato, para lo bueno y para lo malo.
--Siempre hablas de pluralidad, pero ¿hay alguien a quien no entrevistarías?
Sí, no entrevistaría a alguien que no soporto, aunque este sea el heredero de Ghandi. No hago esto para pasarlo mal y The Wild Project no es un programa público en el que tenga que mostrar algo de forma obligada. Quiero tener a gente que me caiga bien, pero a partir de ahí tendría dudas de muchos.
--En el programa has dicho alguna vez que hablarías con Hitler.
Me parecería fascinante hablar con ciertos personajes sobre qué pensaban en ciertos momentos. Es historia de la humanidad, aunque sea absolutamente aborrecible lo que hicieron y me den asco. A mí me encantaría hablar con el asesino en serie Jeffrey Dahmer. Y estaría aterrado, porque esta gente tiene un aura de maldad, pero la gente confunde entrevistar a alguien con blanquearlo o comulgar con él. Todo el mundo tiene derecho a hablar. Tú puedes opinar después que lo que dicen es una barbaridad.
--¿Cuál es la clave para entender el éxito entre el público joven de un podcast de larga duración como 'The Wild Project'?
Creo que ha llenado un hueco que no existía y que las preguntas que hago interesan a mucha gente, independientemente del tema que se esté tratando. Además viene gente de todo tipo: puedo traer a un independentista y al día siguiente a la persona más en contra del procés.
--¿De qué invitado vas detrás?
A Rafa Nadal y en especial a Pau Gasol les tengo ganas. Te diría que Rafa es el mejor deportista de la historia de España, pero yo siempre he sido muy de baloncesto. Le quiero preguntar cómo es un vestuario de la NBA, cómo era Kobe Bryant en la intimidad, su vuelta a Europa... Me gustaría mucho. Yo creo que un día de estos hará una visita al programa.
--Has sabido jugar muy bien con las miniaturas y los títulos de tus vídeos. ¿Dónde está el equilibrio entre lo que dices y lo que muestras realmente?
Yo ya no creo en el concepto de clickbait. No hay ni un título de vídeo de mi programa que no indique lo que ocurre en él, y si lo hay ha sido un error. Pero tienes que vender un producto, y si una frase es llamativa la voy a utilizar.
--¿Y qué me dices de la extensa selección de clips que acompañan a cada entrevista?
Son parte de la fórmula de éxito del podcast, sin duda. Por tiempo o por ganas, no todo el mundo aguanta una chapa de cuatro horas. Los clips son una forma maravillosa de conseguir píldoras sobre temas concretos que a su vez invitan a la audiencia a escuchar el programa entero. Es una forma de crear un ecosistema sinergente de enlaces que, además, gusta mucho a los algoritmos. Aunque, realmente, al algoritmo no lo conoce nadie.
--Has dicho que no te venderías a la televisión para no perder tu independencia. ¿Te da miedo que acabe ocurriendo lo mismo en YouTube?
Si ese día llega, YouTube caerá como un general al que sus propios soldados matan. No hay otra. Hay ciertas palabras que no puedo utilizar porque no quiero que me desmoneticen el vídeo, pero son casos muy particulares. Y tampoco me importa no cobrar algunos vídeos. Tengo vídeos que han conseguido seis millones de visitas y solo me han generado 130 euros. Ya ganaré por otro lado, el dinero nunca ha motivado lo que hago.
--¿Te han propuesto presentar algún proyecto televisivo?
Me han propuesto algunos, pero ¿por qué tengo que cambiar? ¿Por qué voy a tener que poner anuncios y limitar mi contenido a una hora y media de duración? Solo sería feliz si una tele loca me ofreciera hacer lo que yo quisiera, pero eso no va a pasar. Sin embargo, no descarto dedicarme a la ficción como actor.
--Eres de los pocos creadores grandes que se ha resistido a entrar a Twitch. ¿Crees que la gente se va a cansar de la inmediatez de esta plataforma?
No, van a seguir conviviendo los dos formatos, pero es difícil hacer predicciones en el mundo digital. La pandemia hizo que Twitch se hiciera muy popular, por ejemplo. Y es un formato que también es bonito, porque no es solo para gente como yo. Tiene mucho futuro para los periodistas o los analistas políticos.
--Los 'influencers' sois unos grandes creadores de opinión en la sociedad de hoy. ¿Crees que los youtubers con un público mayoritariamente infantil deberían tener prohibido hablar de, por ejemplo, criptomonedas?
Es muy complicado. ¿Dónde pones la tijera? En internet ha habido una desinformación brutal con las criptomonedas y hemos hecho muy poco caso a los economistas. Ahora bien, muchos de estos gurús se escudan en que están dando su opinión y no haciendo una recomendación de inversión. Yo a veces hablo de marketing en el canal y no he estudiado marketing, ¿deberían restringirme hablar? Yo creo que no, pero sí que desmonetizaría según qué tipo de vídeos.
--Tú entrevistaste a Willyrex antes del declive de su reputación. ¿Crees que se equivocó en este aspecto?
A mí me escribió diciendo que había descubierto la revolución industrial del presente. Él lo vivió así, creía que era uno de los primeros en España que habían descubierto la gallina de los huevos de oro. No pienso que quisiera timar a nadie, pero creo que le falló una comunicación muy repetitiva. Tampoco me ha gustado nunca el tipo de NFT que él ha promocionado.
--¿Qué piensas de la idea que se debatió hace un tiempo sobre un posible sindicato de creadores de contenido?
Creo que los youtubers somos más empresarios que trabajadores. Yo vengo de una familia de trabajadores y sé lo que es sindicarse, pero creo que nosotros estamos en el otro lado. Un youtuber es un empresario. Es verdad que hay empresarios muy pequeños, pero la idea de que los grandes creadores nos sindiquemos me parece una falta de respeto al sindicalismo real. La escala de cada youtuber es muy diferente, a nivel operativo es muy inviable gestionarlo.